Sadit González

En las últimas cinco semanas en el municipio de Tecamachalco han sido localizados cinco cadáveres con huellas de violencia, tres artefactos explosivos han sido detonados dolosamente y transportistas ya no quieren circular por este municipio por temor a la delincuencia organizada.

El municipio gobernado por Marisol Cruz tuvo un aumento en la incidencia delictiva del 3.4 por ciento en los primeros 7 meses de este 2020 en comparación con el mismo lapso pero del 2019, de acuerdo a las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

Los robos a negocio aumentaron en un 45 por ciento y a transeúnte se duplicaron, mientras que el resto de los robos presentaron una baja marginal.

El viernes pasado, integrantes de la Unión de Transportistas de la Región de Tecamachalco cerraron la carretera federal Puebla – Tehuacán a la altura de 9 Oriente y 10 Sur; en protesta por la violencia generada por grupos delincuenciales en Tecamachalco.

El 10 de septiembre una mujer y un hombre fueron ejecutados y arrojados a una barranca. El día anterior un hombre resultó herido tras la explosión de un artefacto en el Hotel San Carlos.

El 8 de septiembre fueron localizados los restos de un hombre en El Vergel en este municipio y ese mismo día una granada fue detonada en una vivienda de la unidad habitacional Moisés Sabah.

El 30 de agosto fue detonado un explosivo de manera dolosa en el barrio de San Antonio.

El 24 de ese mes se localizó el cuerpo de un hombre emplayado en San Baltazar. Mientras que el 6 de agosto se localizaron restos humanos en el cerro. Hasta ahora ningún hecho ha sido esclarecido.

De manera extraoficial se sabe que detrás de las explosiones hay grupos delictivos tratando de sembrar miedo entre rivales, aunque hasta ahora las autoridades no han emitido una postura.