Staff/Rossi
· El Mtro. David Fernández Dávalos apunta que tenemos la oportunidad de construir nuevas estrategias de vinculación e incidencia que transformen la realidad
¿La actual emergencia sanitaria mundial modifica la misión y visión de los procesos de vinculación en las instituciones de educación superior?
El Rector de la IBERO, Mtro. David Fernández Dávalos, sacerdote jesuita, indica que sí, inevitablemente, pero no sólo eso, el coronavirus vino a acelerar procesos que se mantenían latentes y que no habían sido gestionados con la celeridad requerida, también es una oportunidad.
En este sentido, los tiempos del coronavirus también son los tiempos de la innovación y la flexibilidad creativa, para construir nuevas estrategias de vinculación e incidencia institucional que transformen la realidad en respuesta directa a los viejos retos (justicia, inequidad, pobreza y violencia) y a los nuevos puestos, en celeridad con la agenda universitaria debido a la crisis pandémica a escala mundial (restablecimiento del bien público, del Estado de Bienestar, el derecho a la salud, adaptación creativa a los procesos de aprendizaje y trabajo a distancia, emergencia nacional por el empleo y salvaguarda de las MIPYMES como generadoras de bienestar y eje económico nacional).
Lo anterior fue dicho por el Rector durante una interacción virtualizada con las y los directores y coordinadores que conforman la Dirección General de Vinculación Universitaria, un primer diagnóstico integral de la tercera función sustantiva universitaria (difusión, vinculación y extensión), luego de cumplirse seis semanas de distanciamiento social y trabajo a distancia por la crisis del coronavirus.
El Rector inició reconociendo la capacidad de la IBERO para migrar en cuestión de días toda su operación formativa presencial a esquemas de aprendizaje a distancia mediante soportes síncronos y asíncronos: “No exentos de problemas y errores, pero somos de las pocas universidades públicas y privadas en México que al día de hoy lo hemos logrado”.
Pero el reto apenas inicia, porque desde el punto de vista del Rector el coronavirus será una realidad a mediano plazo, que podrá estar con nosotros de uno a dos años más, lo cual implicaría cierres parciales y confinamientos más segmentados y estratégicos a futuro.
Debido a lo anterior, la IBERO deberá transformarse a un ritmo acelerado, porque será mucho más exigida en su capacidad de reflexión, innovación y transformación, por una sociedad también en crisis de adaptación y necesitada de ideas y prácticas nuevas para enfrentar los viejos y nuevos problemas.
LA INVITACIÓN
El Mtro. David Fernández señaló como algunos de los aspectos más importantes a enfrentar por las áreas de vinculación universitaria los siguientes, lo que también significó una invitación para ser asumidos decididamente en todos los equipos de trabajo:
Asumir la flexibilidad como una vocación personal, organizacional e institucional.
Desarrollar la innovación, pero con sentido, no asumir el cambio por el cambio, sino transformándonos crítica y autocríticamente para aceptar y resolver los viejos y nuevos problemas.
Creatividad para la vinculación, con la intención de adaptarnos como institución y personas en un mundo más complejo e interdependiente.
Fortalecer la tolerancia para enfrentar las cadenas problemáticas que no dejarán de presentarse sistemáticamente a largo plazo.
Diversificar la planeación, estrategias y metas para adaptarlas a las nuevas demandas y realidades; así como la redefinición de los presupuestos para reorientarlos a nuevas necesidades apremiantes (por ejemplo, el ajuste de los recursos asignados a la presencialidad para fortalecer modelos de aprendizaje a distancia).
Atender fuertemente: la inclusión, equidad y protección de grupos vulnerables.
Brindar soluciones a las medianas y pequeñas empresas, para evitar quiebras masivas, con la consecuente detonación del desempleo, fractura de las cadenas productivas de valor e incremento de los índices de insatisfacción y violencia social.
Fortalecer modelos híbridos de gestión educativa, para fortalecer diálogos creativos entre presencialidad y virtualidad.
Estimular la vinculación regional con otras universidades (investigación, asesoría, consultoría y financiamiento) que también buscan alianzas para enfrentar y resolver problemas comunes.
Convertir el infortunio de la pandemia en una oportunidad de resiliencia, adaptación y creación de la universidad y sus estrategias de vinculación e incidencia institucional y social.
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LAS TRANSFORMACIONES
El Rector de la IBERO cerró su reflexión con el equipo de la Dirección General de Vinculación Universitaria, compartiendo algunas de las transformaciones institucionales, grupales y personales, que considera hoy más que nunca apremiantes:
Modificación de los esquemas tradicionales de enseñanza-aprendizaje por modelos flexibles, mixtos e híbridos de aprendizaje.
La creación de una universidad que responda realmente a los retos de la violencia, la justicia y la pobreza.
Actualizar la universidad de cara al futuro, pero pensando respuestas en lo inmediato: no hablamos ya a 20 años, sino a seis meses, ya que el coronavirus aceleró el advenimiento de nuevos tiempos.
Contemplar la unidad indisoluble del planeta, todos debemos cuidarnos, pero no sólo entre humanos, sino la interdependencia entre especies, que no sólo se contagian, sino que conviven mutuamente en una interacción compleja e irrenunciable: implica una responsabilidad de lo humano ante el planeta.
Atención especial a las siguientes tentaciones del Estado: que el cuidado de la seguridad y la salud no sea un trueque a cambio de anular derechos humanos conquistados; justificar el bien social mediante el ejercicio de procesos autoritarios.
En consecuencia, la IBERO debe atender de manera apta, flexible, incidente e integral los efectos de la crisis para colaborar en la construcción de un nuevo Estado de bienestar y bien público.
La agenda urgente a enfrentar a corto plazo: salud, empleo, ingreso familiar y violencia (intrafamiliar, gubernamental y del crimen organizado).
A nivel grupal: trabajar con esperanza, la vida es una lucha que hay que hacer con alegría, sin agobio, “hay que endurecerse sin perder la ternura”, salir adelante, seguir trabajando con alegría y optimismo.
A nivel interpersonal: alentar lo mejor, no lo peor, de las personas y los grupos (consolidación de valores humanistas y procesos democráticos).
De tal forma, los tiempos del coronavirus son también los tiempos para la flexibilidad, innovación, creatividad, tolerancia, diversificación estratégica, inclusión, creatividad en la virtualización, resistencia a nuevos autoritarismos, fortalecimiento del estado de bienestar, el advenimiento de una nueva esperanza recuperando lo mejor de las personas.
Elaborado por la Dirección General de Vinculación Universitaria y la Dirección de Educación Continua
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