Los retos del mercado laboral en Colombia tras la pandemia

Staff/Rossi

  • Se estima un incremento del empleo informal del 62 % una vez pase la pandemia.

El Gobierno Nacional de Colombia deberá establecer las actividades laborales, de manera que solamente se reactiven lo antes posible aquellos que no son propagadores.

1 mayo del 2020: el día del trabajo con mayores cifras de desempleo en el país

A medida que aumenta la alerta sanitaria, también incrementan las dudas y la incertidumbre sobre la situación laboral y económica del país, y aunque el panorama es incierto, para algunos expertos la recuperación del mercado una vez termine la pandemia podría tardar alrededor de 6 meses en el mejor de los casos; sin embargo, para la región de América Latina podría tener repercusiones de inclusive años. «Si en el resto del mundo la recuperación tiene forma de U, en donde la caída es más bien pronunciada con una recuperación lenta, en Latinoamérica tardaremos aún más, pues tenemos problemas estructurales en nuestra economía que no permiten que rebote, necesitamos que la recesión que se va a generar no sea tan prolongada dentro de la medida de lo posible o de lo contrario el Gobierno no podrá hacer mayor cosa», advierte Jorge Mario Uribe, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.

Para estimar los efectos totales que tendrá la pandemia en el mercado, el  Banco Interamericano de Desarrollo dio a conocer el posible escenario del mercado laboral para Colombia, en el cual las probabilidades demuestran que para el país las cifras de pérdida de puestos tanto formales como informales podrían estar alrededor del 14,4 % en caso de una recesión prolongada; y aunque del 2000 al 2018 la informalidad disminuyó del 61 % al 56 % en América Latina, luego de esta emergencia se estima que el incremento sea del 62 %. Según el profesor Uribe, lo que está tratando de hacer el Gobierno Nacional es dar apoyos a la demanda para tratar de solventar la situación, de manera que se trate de preservar la capacidad adquisitiva de los hogares vulnerables, quienes en su mayoría trabajan de manera informal; sin embargo, afirma el experto, esta estrategia no se podrá seguir haciendo indefinidamente: «Se deberá determinar cuanto antes qué sectores de la economía deberán entrar a operar, pues es la única manera en que el Estado puede tratar de blindar a las personas más vulnerables», como es el caso de la activación de la construcción y la manufactura en Colombia, pues son de los sectores que más influyen en la economía y en la medida que puedan retomar las actividades habrá una carga menor sobre los trabajos que se van a destruir y sobre la capacidad que tienen los hogares que dependen de estos trabajos para sostenerse.

«Con la implementación de estas estrategias lo que se trata de hacer es preservar vínculos laborales, de manera que pasada la pandemia puedan reactivarse rápidamente, es decir, se trata de proteger la mayor cantidad de empleos durante el tiempo que más se pueda», concluye Uribe.

Para poder determinar qué sectores podrán entrar en operación, el Estado deberá establecer aquellas actividades laborales
que tienen mayor potencial de ser propagadoras de la enfermedad, de manera que aquellas personas con un alto nivel de interacción, ya sea por sus actividades laborales o sociales, continúen congeladas como se encuentran actualmente, de manera que solamente
se reactiven lo antes posible quienes no son propagadores.

Evolución y creatividad del mercado laboral frente a la pandemia

De una u otra forma, el confinamiento y el posible riesgo económico obligó a cada una de las empresas a modificar uno o todos sus procesos, cargos, funciones o la forma en la que venían trabajando; para aquellas con mayor grado de flexibilidad, la creatividad y la reinvención fueron la respuesta ante la crisis; para otras no tan dóciles, los cambios se iniciaron con el análisis de las actividades que se pueden hacer sin necesidad de ir a una oficina, en otras palabras, una transición forzada al teletrabajo, y aunque es  una medida efectiva, no es una solución definitiva y óptima para América Latina, pues aún no se cuenta con la capacidad de infraestructura o conectividad, ni tampoco con la estructura por parte de las empresas «existe el cubrimiento de internet, ni los computadores suficientes en las casas de las familias; por otro lado, las empresas no tienen identificados los procesos que se pueden hacer por teletrabajo y cuáles no, lo cual hará que nos tome tiempo, sin embargo será un gran avance al respecto», asevera Uribe.

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