Bitácora de futuro: Cuento. El fin del burdel

Por Bayardo Quinto Núñez

Los pobladores acostumbraban dormir muy temprano. Las luces del pueblo se encendían a las seis de la tarde y eran apagadas a las nueve de la noche, puede afirmarse que era ironía del tiempo. El vecindario del barrio hablaba del burdel y en especial de la mente enfermiza de una mujer, su pasión la llevó a la cárcel, su encanto de mujer le garantizaba los halagos de sus admiradores, pero el día del hecho criminal, en un abrir y cerrar de ojos se esfumó su encanto y la venta de su cuerpo. En los tiempos del burdel, habían mujeres de todo tipo, entre ellas una muchacha llamada Anita, muy linda, joven, de ojos de color miel, de mediana estatura y de gusto muy refinado, le gustaba bailar boleros muy pegadizo, embrutecía a los hombres.

El día del crimen, la dueña del burdel mandó a Anita a hacer unas compras a la pulpería de doña Jacinta, que estaba situada a dos cuadras del burdel, y de paso mandó a buscar a don Fernando el fontanero, para que llegase a reparar un tubo de agua potable que se había dañado.

-No se preocupe, iré a sus mandados con todo-señaló Anita.
-No te vayas a demorar que pronto caerá la noche y hay que atender a los clientes. Anita iba de salida, sintió que las emociones le llegaban hasta el último rincón de su corazón, al ver que en ese preciso momento llegaba el poheta Napoleón, pues a ella le gustaba mucho.
-Buenas noches Anita, va a salir-dijo el poheta. -Sí, voy a hacerle un mandado a la dueña.
-Por aquí la espero, cuando regrese le voy a hacer una propuesta-señaló el Poheta.
-Está bien Napoleón.

Todos los presentes observaban el trato amable y especial que el poheta le brindaba a Anita. Napoleón se quedó en la puerta, veía que la muchacha iba en dirección a cumplir su encargo, pensó en acompañarla, pero no, entró al burdel y saludó a unos amigos que se tomaban unos tragos.

-¡Ideay Poheta! según parece usted está enamorado de la joven Anita.
-Claro, me gusta muchísimo y hasta pueden suceder muchas cosas.
-Como qué-preguntó el amigo.
-¡Ah! es sorpresa-replicó el poheta. Le pidió a una muchacha del burdel que le sirviera unos tragos.
-Buenas noches señor poheta, me ha abandonado por andar acostándose con la mojigata de Ana-dijo Joaquina.
-Las noches son de usted-contestó el poheta.
-Pero dígame poheta, cuál es la sorpresa-insistía el amigo.
-Voy a fugarme con Anita.
-Pues no se le va hacer-decía Joaquina entre dientes. La desgracia se suscitó, al calor de los tragos el destino dispuso hacer de las suyas. La joven Anita todavía no regresaba del mandado, el poheta se había tomados unos tragos , en tanto Joaquina se dirigía a servir unos tragos en otra mesa, entonces el amigo del poheta abusivamente le tocó las caderas.
-Vas a ver jodido-dijo Joaquina.
-¿Qué voy a ver? La mujer sirvió la mesa y el asunto no pasó a más. Al rato, Joaquina se acercó a la mesa donde estaba el poheta, y sin medir palabra le propinó una puñalada en la espalda a Napoleón. Los clientes quedaron horrorizados ante el acto de aquella mujer, que sin asco todavía tenía el puñal en sus manos. Los amigos trataron de ayudar al poheta, otros agarraron a la mujer, pero el pobre hombre ya estaba moribundo, en ese momento llegaba Anita, quien alcanzó a escuchar las últimas palabras del poheta enamorado, que le declaraba su amor y le decía que ese día pretendía sacarla de ese burdel.

El alboroto se armó, los visitantes del burdel fueron a traer a la policía, y entre llanto y maldiciones, poco tiempo después la policía se llevó a la criminal.

-Pobre Napoleón, esa puta lo mató por puro gusto- decía Anita.
-Estaba loca de celos-expresó la dueña del burdel.
-Que condenen a esa víbora y que se consuma en la cárcel-gritaba Anita. La vitrola dejó de funcionar, a la dueña del burdel le cerraron el antro. Anita se fue del pueblo, dejó el vicio de la prostitución, y a Joaquina la condenaron a muchos años de prisión.
Micro Autobiografía. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Instructor Deportivo en la Disciplina de Baloncesto, Pintor, Escritor, Estudio Siempre Música, Artesano del Calzado. Nicaragüense ~Bayquinú~ ©Derechos Reservados©

Categorías