COLUMNA HUÉSPED
- La Auditoría, complemento del plan
Por Julieta Vite
Nos vendieron piedras como si fueran perlas. El Museo Barroco se convirtió en una carga muy pesada para el gobierno de Puebla. Y aunque el arquitecto japonés Toyyo Itó goce de cierta fama, ¿vale la pena pagar 400 millones de pesos anuales en promedio durante casi 5 lustros?
Absolutamente no.
Pero en realidad Toyyo Itó es parte del daño colateral. Sólo hizo sus trazos, cálculos y proyecciones. El problema está en quienes concretaron financieramente la construcción a través de los “Proyectos para Prestación de Servicios” (PPS). En términos comunes, es un crédito para realizar una obra y el cliente (gobierno) lo va pagando en no tan cómodas mensualidades.
Por cierto, el gobernador Alejandro Armenta anunció la gestión para lograr una reducción en el costo y deuda final. Algo así como 2 mil millones de pesos dejarán de salir de las arcas estatales y, con ello, se abrirá un abanico de posibilidades para el bienestar de la gente con obras de desarrollo e infraestructura, escuelas, salud y medicamentos.
Y así como el referido inmueble, hubo más de esos convenios en carreteras, en servicios médicos y concesiones. Todos ventajosos para los empresarios y muy seguramente para otras personas…
Por eso es que el gobernador es tan vehemente con el tema del Barroco, de las carreteras, del agua… Incluso les ha advertido de manera pública, a quienes pudieran tener la intención de acercarse con proyectos PPS y una actitud ventajosa, que mejor no lo hagan.
En otro ámbito de competencia, en los municipios abundan las obras fantasmas, irregulares, con deficiencias, vicios ocultos. Todo esto arrojado por la corrupción. El pago de complicidades sigue siendo un obstáculo mayúsculo para el progreso.
Para combatir esta plaga, es importante la convocatoria para elegir a la persona titular de la Auditoría Superior del Estado, que probablemente lanzará la primera quincena de marzo el Congreso de Puebla, en aras de contribuir a la firmeza que se requiere revisar y validar la aplicación de recursos públicos.
En tal sentido la propuesta del especialista Román Sánchez Zamora para crear el “auditor itinerante” tiene mucho sentido puesto que las complicidades alientan que no se cumpla adecuadamente la realización y entrega de obras de calidad o tienen deficiencias que deben adecuarse o mejorarse a las pocas semanas de su inauguración, lo que significan doble gasto para la endeble economía municipal.
Según Sánchez Zamora, debe ser rigurosa la revisión de los proyectos de obra, desde su planeación hasta la entrega. La Auditoría debe ser más cercana a la gente y convertirse en aliado del desarrollo. Alejandro Armenta ya cerró el paso a la corrupción. Ahora falta consolidar las áreas que lo acompañarán en la misión urgente para Puebla. La Auditoría es, sin duda, una cereza de ese pastel.
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