Arzobispo celebra la misa dominical

Jorge Barrientos

En una solemne misa celebrada en la catedral de Puebla, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa encabezó la ceremonia de la Epifanía del Señor, también conocida como el Día de los Reyes Magos.

Durante su homilía, destacó que esta festividad marca el cierre de las celebraciones navideñas, que concluirán oficialmente con la conmemoración del bautizo de Cristo.

A partir de entonces, comienza la preparación para las fiestas de Pascua, que tienen su punto culminante en la Semana Santa.

“Hemos recorrido las fiestas que nos han llevado hasta este momento: el Adviento nos preparó para el nacimiento de Jesús, seguido de la Nochebuena y la Navidad. Luego celebramos a San Esteban, el primer mártir, a San Juan Evangelista y a los Santos Inocentes, todos vinculados al Evangelio que culmina hoy con la adoración de los Reyes Magos”, explicó el prelado.

Durante su mensaje, Sánchez Espinosa subrayó que la salvación es un don universal al que todos pueden acceder.

“Cristo nos mereció la salvación en la cruz; ahora, nos corresponde ser dignos de ella. Este niño que nace en Belén lo hace con el propósito de morir por nosotros en Jerusalén.

Ese es el misterio de nuestra fe. Con la Epifanía, se manifiesta que la salvación no es solo para un pueblo, sino para toda la humanidad. Todos somos herederos de esta gracia”, afirmó.

El arzobispo exhortó a los fieles a vivir diariamente el don de la salvación, reflexionando sobre su importancia en la vida cotidiana.

La adoración de los Reyes Magos

En relación con el Evangelio del día, Sánchez Espinosa recordó la travesía de los Reyes Magos hasta Jerusalén, donde preguntaron al rey Herodes sobre el nacimiento del “Rey de los Judíos”. Según el relato bíblico, Herodes, perturbado, les indicó buscar al niño en Belén. “Ellos encontraron al Niño Dios recostado en el pesebre, junto a María y José, y le ofrecieron sus regalos: oro, incienso y mirra”, narró el arzobispo.

Convivencia entre órdenes religiosas y homenaje póstumo

La misa dominical también contó con la participación de las órdenes terceras de la Arquidiócesis de Puebla, como los mercedarios, agustinos, franciscanos, carmelitas, dominicos, y las comunidades de Loreto y Guadalupe. Este encuentro marcó el cierre del ciclo anual de convivencia fraterna entre estas órdenes religiosas.

Finalmente, el arzobispo ofreció la misa por el eterno descanso del párroco Gerardo Crivelli Stefanoni, fundador del Colegio “Miguel Cástulo de Alatriste” en Izúcar de Matamoros, destacó su legado como sacerdote y educador.

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