Excelsior
Fundado en 1917 por el periodista y visionario poblano, Rafael Alducin, el periódico Excélsior pronto se posicionó como el diario más leído en México. El rápido crecimiento de El Periódico de la Vida Nacional originó la necesidad de contar con un espacio propicio para la puesta en marcha de una empresa periodística consolidada.
Desde su creación, comenzó a producirse en la calle de Rosales, esquina con Colón, uno de los puntos donde hoy se ubica el monumento de El Caballito, obra de Sebastián. Posteriormente, la maquinaria y la administración pasaron a la calle de Nuevo México (actualmente conocida como Artículo 123), a unas cuadras de la sede inicial.
Los trabajos de negociación para la construcción de un nuevo edificio comenzaron en Europa, fue el propio Alducin quien se encargó de contactar al arquitecto italiano Silvio Contri, uno de los autores arquitectónicos más destacados de la época. Entre sus grandes construcciones se encuentra una de las últimas obras completadas del porfiriato, el palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, que hoy en día alberga al Museo Nacional de Arte (MUNAL).
De acuerdo con el archivo familiar de Rafael Alducin, se pudo constatar la correspondencia referente al proceso de negociación. Desde Europa, el gerente y fundador del periódico se encargó de gestionar la compra de los diferentes materiales utilizados para la edificación del inmueble.
INICIO DE UN LEGADO
El proyecto para el levantamiento del edificio de Excélsior se aprobó en 1922, mismo año en que comenzaron los trabajos de construcción a cargo de Contri, Carlos Borgatt, el ingeniero Miguel Rebolledo, además de Manuel Marroquín y Rivera. El terreno elegido fue el ubicado en el número 17 de Bucareli, en la Ciudad de México, décadas atrás había formado parte de las albercas Pane, emblemáticos espacios de dispersión para los capitalinos de finales del siglo XIX.
Al mismo tiempo, se dieron a conocer en las páginas de este rotativo las primeras noticias sobre la “nueva casa que erigirá Excélsior”, con los detalles constructivos, ubicación, bocetos de los planos, así como los dibujos de las fachadas. El 21 de marzo de 1924 dio inicio el proceso constructivo de la obra que convertiría a este diario como el primero en contar con una sede propia.
Más de mil 500 metros cuadrados de confortables instalaciones para la producción diaria de Excélsior. Cada detalle fue especialmente cuidado; los trabajos de herrería se forjaron en Florencia, Italia, con hierro de la más alta calidad. El diseño de Contri buscaba el máximo aprovechamiento de cada espacio, desde las áreas de administración hasta los talleres de impresión, redacción, archivo, sala de lectura, y hasta un patio monumental, fueron parte del proyecto que se edificó durante dos años.
La extensa obra que se extendió a lo largo de lo ancho de la manzana contaba dos fachadas de granito rojo: una del lado de Bucareli y la otra en Reforma 18, lo que da la impresión de ser dos edificios unidos finamente en cada trazo. Un complejo dotado de todas las comodidades para la operación de Excélsior, Revista de Revistas, Jueves de Excélsior, y las futuras publicaciones editadas por esta casa editorial.
LA NACIENTE RADIO
Según información obtenida del Archivo Histórico de El Periódico de la Vida Nacional, en el primer piso se contempló la instalación de la estación de radio Excélsior-Parker, una de las apuestas más vanguardistas de Alducin para el crecimiento del emporio de comunicación más importante de la época. En la parte alta del edificio se colocó la antena luminosa de transmisión principal con el nombre de Excélsior.
La emisora radiofónica se inauguró un día después de la celebración del séptimo aniversario de Excélsior, el 19 de marzo de 1924 se dio el banderazo de salida de la nueva frecuencia para la que fue necesaria una inversión de más de 60 mil pesos aquella década.
Un evento organizado en el primer piso del edificio, todavía en proceso de construcción, sirvió para arrancar las operaciones de la C. Y. X. Se convirtió en la última aparición pública de Alducin en vida, ya que diez días después perdió la vida luego de caer de su caballo en la zona del Bosque de Chapultepec. El empresario poblano recibió un homenaje póstumo que incluyó la develación de un busto en su honor en el patio principal del inmueble.
La ausencia de Alducin no detuvo el proyecto del edificio y los trabajos continuaron durante los siguientes meses. Finalmente, el 29 de diciembre de1924 la plantilla completa de El Periódico de la Vida Nacional ocupó las flamantes instalaciones, así lo anunció Excélsior en su edición del día siguiente, “Excelsior desde ayer, radica en su soberbio edificio de Bucareli”.
“Sin embargo, queremos dedicar estas líneas al recuerdo del respetable de Rafael Alducin, que puso toda su voluntad y toda su energía al servicio de una obra que se cristaliza con toda fuerza y magnitud”, continuó la publicación que apareció en un recuadro al centro de la primera plana del 30 de diciembre.
SOBREVIVIENTE DEL TIEMPO
Durante los siguientes años, la estructura se convirtió en un referente del paisaje urbano. Al poco tiempo de su inauguración, se anunciaban los ganadores de las peleas de box a través de su antena luminosa del quinto piso, esta se encendía de color rojo o verde según el ganador del evento pugilístico. Algunas versiones indican que la luz alcanzaba a verse desde la zona de Azcapotzalco.
La joya arquitectónica erigida por Excélsior perdura hasta la actualidad; una de las construcciones predilectas de los transeúntes de la avenida Bucareli; un recuerdo entrañable para los trabajadores de esta casa editorial, quienes todos los días se desplazan entre sus pasillos donde puede percibirse el aroma de 100 años de historia.
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