Por: Abigail Nolasco Rodríguez

El titular de la Secretaría de Gobernación, Javier Aquino, ha señalado que un aumento en la tarifa no puede decidirse de manera superficial, ya que requiere de un estudio técnico y exhaustivo. Sin embargo, los transportistas aseguran que el gobierno estatal no ha mostrado interés ni voluntad para realizar dicho análisis, dejando en el olvido la promesa del estudio técnico durante años. Mientras tanto, los usuarios recuerdan con desconfianza el último aumento en 2019, cuando el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta prometió mejoras en el servicio, especialmente en materia de seguridad, promesas que hasta la fecha siguen incumplidas.

¿Es justa esta demanda de los transportistas? La respuesta, para los usuarios, es clara: no lo es. Desde hace cinco años, los ciudadanos han esperado una dignificación del transporte público, pero en lugar de ello, se enfrentan a un sistema más inseguro. Según datos de la Fiscalía General del Estado, la inseguridad ha aumentado un 69% en asaltos dentro del transporte público, registrándose en promedio 3.2 robos diarios solo en la capital poblana.

Además, un incremento en la tarifa tendría un impacto directo en la economía de los poblanos. Se estima que las familias podrían destinar hasta el 30% de su salario mensual al transporte, una carga considerable para quienes ya enfrentan dificultades económicas.
Aunque se trata de una decisión compleja, es imprescindible atender las causas de fondo. La inseguridad, la falta de mantenimiento, y la cultura de cuidado del transporte público no se resolverán únicamente con un aumento en la tarifa. Este tipo de medidas, si no se acompañan de un plan integral, solo agravan las desigualdades y afectan a los sectores más vulnerables.

El transporte público es un servicio esencial que impacta directamente en la calidad de vida de millones de personas. Por ello, cualquier decisión debe garantizar justicia tanto para los transportistas como para los usuarios, priorizando la seguridad, accesibilidad y dignidad que todos merecen.

Abigail Nolasco Rodríguez

Joven, estudiante de derecho y las ciencias políticas, activista social comprometida con la organización comunitaria como herramienta para generar cambios reales y sostenibles. Creo firmemente que la participación colectiva y el fortalecimiento del tejido social son pilares fundamentales para transformar nuestra sociedad desde sus cimientos