Pero también, una derrota podría representar un adiós temprano para un equipo conformado para pelear por un lugar en el Super Bowl.

Buffalo se encuentra en una situación inusual, pero muy acorde a la idiosincrasia de la franquicia: ganan y son el segundo sembrado de la AFC o pierden y se marchan a casa.

Los Bills aterrizan esta noche en el Hard Rock Stadium, inmueble donde perdieron a principios de la temporada pasada. Sin embargo, no todo el pasado está en su contra. Buffalo ha vencido a Miami en nueve de sus últimos 10 partidos.

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Para vencer a los Dolphins, la principal arma será Josh Allen. El quarterback ha ayudado a la ofensiva  con 42 touchdowns (27 pases y 15 por tierra), líder de la NFL, y 16 intercepciones, la peor marca de su carrera, y tres balones sueltos perdidos.

Allen tiene marca de 10-2, incluidos playoffs, contra los Dolphins con 39 anotaciones (34 pases, cinco acarreos) y siete intercepciones.

Los Bills tienen la mejor racha de la NFL al haber ganado 13 partidos consecutivos en diciembre y enero.

Los Dolphins ya tienen un lugar asegurado en los playoffs, pero buscan su primer campeonato en el Este de la Americana desde 2008. Una victoria también les daría a los Dolphins su primera temporada con 12 triunfos desde la campaña 1990.