Universitat Oberta de Catalunya
- 30 de septiembre, Día Internacional del Trastorno Específico / del Desarrollo del Lenguaje
El trastorno específico del lenguaje, también llamado trastorno del desarrollo del lenguaje (TEL/TDL), influye en el análisis de lo que los niños y niñas perciben, en el manejo de sus emociones y en la elaboración de ideas, lo cual repercute en el ámbito académico y, de no tratarse a tiempo, en el ámbito profesional y personal de su futuro.
Los estudiantes con TEL/TDL representan un 7 % del total de la población estudiantil. Esto quiere decir que, en una clase de 20 o 25 niños, vamos a encontrar de media a dos niños como mínimo con este trastorno.
Además, entre el 60 % y el 80 % de los niños y niñas con historia de TEL/TDL manifiestan dificultades en la lectura y un bajo rendimiento académico a los nueve años.
El lenguaje es un sistema complejo y es la herramienta fundamental de comunicación que conecta a los seres humanos con el mundo y con los demás. A través de este, las personas pueden expresar pensamientos, emociones, ideas y conceptos. Sin embargo, esta posibilidad puede convertirse en un gran desafío para algunos niños y niñas con TEL/TDL.
Para el investigador Llorenç Andreu Barrachina, catedrático de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación y líder del Grupo de Investigación en Cognición y Lenguaje (GRECIL), adherido al NeuroDevelop eHealth Lab del eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), “el TEL/TDL es un trastorno primario del lenguaje, es decir, la afectación del lenguaje no se deriva de otro trastorno (no hay una discapacidad auditiva o una discapacidad intelectual que cause las dificultades) y afecta a la estructura lingüística, a los elementos como la morfosintaxis, el vocabulario, la pragmática e incluso la fonología”.
Aunque en América Latina no existen datos específicos sobre la tasa de incidencia de trastornos del lenguaje en niños y niñas en edad escolar, cada día es más claro que comprender sus causas, características y posibilidades de tratamiento, así como diagnosticarlo a tiempo, es esencial para garantizar un desarrollo óptimo en quienes lo presentan.
Alfonso Igualada, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, indica que el TEL/TDL presenta, a escala mundial, una prevalencia más alta que el trastorno del espectro autista, e insiste en la necesidad de visibilizar a estos niños.
“Los niños y niñas con TEL/TDL representan un 7 % del total del alumnado. Esto quiere decir que, en una clase de veinte o veinticinco niños, vamos a encontrar a dos como mínimo. Para que nos hagamos una idea, las personas con trastorno del espectro autista representan entre un 2 % y un 4 % y, sin embargo, las personas con TEL/TDL tienen una menor visibilidad”, comenta.
Explorando el trastorno específico / del desarrollo del lenguaje (TEL/TDL)
El investigador Andreu comenta que aún son desconocidas las causas de este trastorno. “Ha habido diferentes aproximaciones, diferentes hipótesis, pero no se conoce una causa unívoca que realmente explique la dificultad. Los estudios actuales hablan más de una multicausalidad, es decir, diferentes aspectos de naturaleza neurológica que impactan en las habilidades cognitivas”, afirma.
En cuanto a los criterios para identificar el trastorno, este se diagnostica utilizando pruebas de evaluación del lenguaje.
“Normalmente, se combinan pruebas de evaluación del lenguaje, digamos, estandarizadas, con otras, a lo mejor, más subjetivas, como registros del habla. También es importante hacer una entrevista a las familias, ver su contexto comunicativo, conocer la historia clínica del niño, y con ese conjunto de datos puede emitirse un diagnóstico”, enfatiza el investigador de la UOC. Frente a esto, también resalta la importancia de detectar en los niños si tienen o no dificultades. Por ejemplo, entre los dos y los tres años, puede evidenciarse que un niño tiene complicaciones para hablar y entender su entorno, lo cual no quiere decir que sea un caso de TEL/TDL, pero sí puede realizarse el debido proceso y, posterior a esto, hacer un diagnóstico. Es decir, cuanto más precoz es la detección, más beneficios genera en el niño la intervención para ayudarle a desarrollar al máximo sus habilidades lingüísticas y comunicativas.
El rol de la sociedad frente a los niños con este trastorno
Mucho se habla sobre el apoyo que deben recibir estos niños para alcanzar su máximo potencial y participar plenamente en la vida de la comunidad. No obstante, se deja de lado el compromiso que deben tener los diferentes actores para entender a estos niños y sus necesidades y, a partir de estas, crear las estrategias necesarias para eliminar barreras y fomentar un entorno inclusivo y, sobre todo, comprensivo.
Profesionales de la salud y la educación, como logopedas y psicólogos, profesores e incluso los padres de familia y cuidadores, tienen un rol fundamental a la hora de establecer oportunidades para la práctica del lenguaje. “El papel de los padres es muy importante, porque ellos pasan muchas horas con los niños en diferentes rutinas que pueden aprovecharse para poder trabajar o complementar aquello que está trabajándose en la terapia”, afirma Andreu.
El trastorno específico / del desarrollo del lenguaje sigue siendo un área de investigación en evolución, pero en la medida que se avanza se incrementa su importancia en el desarrollo infantil. Desde los desafíos en la adquisición del lenguaje hasta sus posibles consecuencias a largo plazo, que, como bien plantea el investigador, pueden ser de diversa índole, “estudios longitudinales que han seguido a niños con problemas de lenguaje han evidenciado que tienen problemas de aprendizaje, para relacionarse con las demás personas, para conseguir trabajo y permanecer en él, es decir, les genera dificultades en el funcionamiento ordinario de su vida.
Tienen incidencias importantes en el desarrollo personal y profesional. Cada caso es único y diferente, pero generalmente, si no reciben una intervención adecuada y en el momento adecuado, pueden tener y presentar problemas a lo largo de su vida”, concluye Andreu.
Este trastorno nos llama a tomar medidas para identificar, diagnosticar y tratar a los niños afectados de manera temprana y efectiva.
Con la activa participación de la sociedad, puede construirse el camino para que estos niños puedan encontrar su voz y se conecten plenamente con el mundo que los rodea.