Por Ale Xilotl
Pedimos que, en la masacre de mi hija, nietos y familia, también se reconozcan los delitos de TERRORISMO Y FEMINICIDIO, pero de nuevo el sistema nos dice que no tenemos el derecho de pedir. Duele la indolencia y falta de sensibilidad. Lo que necesitamos es reconocer los problemas que no nos dejan ser.
Hoy fue la audiencia de uno de los sicarios. Es difícil verles el rostro y escuchar como los quemaron vivos. Por primera vez pedimos que se les vincule por los delitos de terrorismo y feminicidio. Nos arrancaron una parte de nuestro corazón, también la paz de nuestros hogares, la libertad de andar y sembraron mucho miedo.
Los asesinaron sabiendo que eran mujeres y niños, se dieron el tiempo de escuchar sus gritos, de oír su dolor, de robarles sus pertenencias y de prenderles fuego. No los mataron por error, la mataron porque el trabajo de los cárteles es crecer su poder apoderándose de nuestro miedo.
Hoy un juez resolvió que las víctimas no podemos pedir que estudien la comisión de otros delitos; en este sistema no tenemos voz, solo somos testigos mudos que utiliza el sistema para legitimar la justicia que “quieren regalarnos”, la justicia no es un privilegio. @SCJN
Quiero decirle a México que si buscamos justicia es para que nadie, nunca más, vuelva a pasar por esto. A mi hija no me la van a devolver, pero el día que la vea de nuevo y le rinda cuentas, le diré con un abrazo: lo que te pasó no tuvo sentido, pero no fue en vano.
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