Tamaulipas y la posible reedición de Adolfo de Jesús Constanzo, Sara Aldrete y los narcosatánicos

DEBATE 

Por Roberto Desachy Severino 

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Mientras los asesinados, levantados, secuestrados, desaparecidos o violados sean mexicanos y/o centroamericanos, es claro que al gobierno de Estados Unidos – y al de México – no les importa demasiado, como lo demuestra la cada vez mayor socialización de la violencia desenfrenada y desparramada con las decenas de asesinatos intencionales diarios en el país.

Sin embargo, cuando los levantados y/o ejecutados son norteamericanos, pero el ataque ocurrió en México, ahí sí los gobiernos norteamericanos intervienen en los asuntos de seguridad de México, como sucede con el supuesto secuestro de 4 americanos en Tamaulipas, un estado que lleva décadas en la pudrición, con múltiples narcogobernadores y que, lamentablemente, padece una gran ola de violencia: Captan cómo sicarios limpian una escena del crimen en Tamaulipas

De acuerdo a una de las agencias policiales más importantes de Estados Unidos, el FBI, el pasado viernes 4 de sus ciudadanos tuvieron la “brillante” ideota de meterse en Matamoros, Tamaulipas, que lleva varios días azotado por la violencia e inseguridad. Ahí, según los americanos, sujetos no identificados dispararon a la unidad en que iban sus compatriotas, los sacaron del vehículo y se los llevaron en otro: El FBI comienza a involucrarse en caos llamado Tamaulipas

Desafortunadamente, los homicidios, levantones, secuestros y desgracias son tan cotidianas en México, que ya no nos sorprendemos de la ola de violencia que azota Tamaulipas y que se multiplicó a raíz de que supuestos miembros de la delincuencia organizada fueron neutralizados por personal de la Sedena: Hasta la ONU-DH se sumó a la defensa de los supuestos miembros de la delincuencia organizada muertos por soldados en Nuevo Laredo, Tamaulipas

MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS, DE VUELTA A LOS 80S

Lamentablemente para los perpetradores del levantón de los 4 norteamericanos, la intervención directa del FBI y Ken Salazar, embajador de los Estados Unidos en México, solamente puede implicar una cosa: Que, ahora sí, los gobiernos federal y tamaulipeco tendrán que interesarse en resolver el caso, para evitar un problema internacional y que los americanos intervengan, incluso, en otros estados igual o más podridos que Tamaulipas, como Zacatecas, Guanajuato, Michoacán, etc.

Ken Salazar

No le faltó razón al presidente López Obrador este lunes, cuando acusó a aquel país de sentirse “el gobierno del mundo”, pero lo cierto es que el levantón de 4 de sus ciudadanos puede darle el pretexto suficiente para aumentar su injerencismo en México: “Manía” de Estados Unidos el considerarse el “gobierno del mundo”: AMLO

La intervención de la administración de Joe Biden ante la delincuencia organizada – que NORMALMENTE tanto se solaza y pasea frente a las narices de los gobiernos tamaulipeco y mexicano – no sería la primera ocasión en que el vecino del norte interviene abiertamente en un asunto que deberíamos haber sido capaces de enfrentar y solucionar los mexicanos, porque a finales de los 80s fueron agencias americanas las que acabaron con la banda de los narcosatánicos.

Durante la década de los ochenta, el cubano Adolfo de Jesús Constanzo y la norteamericana Sara Aldrete encabezaron una banda de narcotraficantes que, incluso, llegó a incrustarse en las altas esferas de la farándula y política, debido a que practicaba la santería y muchos seudo personajes públicos recurrían a sus “servicios” para obtener el favor de los “dioses”.

Adolfo Constanzo

LAS VIDAS DE LOS AMERICANOS SÍ TIENEN UN ALTO VALOR…AL MENOS EN MÉXICO

Pese a practicar el narcotráfico, secuestro, tortura y asesinato con brutal asiduidad, los otrora llamados narcosatánicos cometieron toda clase de fechorías durante casi una década, hasta que a Jesús Constanzo se le ocurrió “halagar” al palo mayombe a través de un joven blanco, americano, Mark Kilroy.

Seguramente Adolfo y su pandilla lo ignoraban, pero Mark no solamente era americano, sino que tenía un tío empleado del gobierno estadounidense, quien obligó a su país a involucrarse en la investigación y posterior exterminio de los narcosatánicos, cuyo final llegó en la Ciudad de México el 6 de mayo de 1998, cuando él le ordenó a uno de sus secuaces que le dispara, con la promesa de que el palo mayombe lo volvería a la vida, algo que afortunadamente no ocurrió.

Así que la abierta intervención del gobierno de Joe Biden en ese caos y anarquía llamado Tamaulipas nos remonta a treinta y tantos años atrás, cuando México no había registrado la supuesta “transición a la democracia”, no tenía “alternancia” en el poder y muchos mexicanos pensaban que bastaba con echar al PRI de la presidencia de la república para que el país se compusiera, algo que –obvia y lamentablemente- no fue así.

Resulta demoledor constatar ¡que poco ha cambiado México y sus gobiernos en más de 3 décadas!, a pesar de que el PRI dejó de ser la “dictadura perfecta” desde el 2000 y de que, tanto Tamaulipas como el propio país, la alternancia en el poder ha sido una realidad…no traducida en un verdadero aparato de verdadera procuración e impartición de justicia que se ocupe DE LOS MEXICANOS y que no solo actúe cuando un gobierno extranjero se lo exija: Adolfo de Jesús Constanzo: su sobrenombre fue el de “El Padrino de Matamoros” y “El Narco satánico de Matamoros” .

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