Abelardo Domínguez

Pese a los altos índices delictivos en diferentes puntos del estado de Puebla, algunas agencias del ministerio público son convertidas en salones sociales, con titulares de las mesas de atención, pasantes y empleados de Casa de Justicia que se pasan comiendo, platicando y celebrando cumpleaños.

Uno de los sitios donde se dan estas malas prácticas es en Huauchinango, donde el seguimiento a delitos en materia de género o de desaparición de personas se ve entorpecidos y tiene que esperar, debido a que los responsables muchas veces están de fiesta, ocasionan que los agraviados no sean atendidos y terminen por no interponer las denuncias correspondientes.

De estos hechos da cuenta una imagen que llegó a la redacción de este medio de comunicación, donde se ve a Hilda María Bonilla, quien es MP de Género y a Mario Flores Viveros, encargado de desaparición de personas, mientras posan con pastel y demás golosinas.

Cabe destacar que hace algunas semanas se exhibió un caso similar en la Agencia de Delitos de Violencia de Género contra las Mujeres de Tehuacán, a cargo del MP César Arriaga Herrera, quien ha sido acusado por déspota e incluso captado en fotografía con señas obscenas, cuando debería estar enfocado en dar seguimiento a las denuncias e investigaciones.

En ese sentido, la ciudadanía exige que la FGE verdaderamente tome cartas en el asunto, a fin de corregir todas estas irregularidades que entorpecen la impartición de justicia en la entidad.

En el 2022 se recibieron 362 denuncias de género y en los dos primeros meses de este año ya lleva por lo menos medio centenar, lo que significa que mientras el personal de las Casas de Justicia se la pasa de fiesta, en festejos y en ocasiones se niega a atender a las víctimas de los delitos, las acusaciones se incrementan y acumulan en las agencias de MP.