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La Policía Federal de Brasil informó que liberó a 599 personas que habían sido detenidas el lunes (9), cuando fue desmantelado el campamento golpista montado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia. La medida fue motivada por razones humanitarias, ya que el grupo está conformado por ancianos y madres con sus hijos.

En cuanto a los demás detenidos, las autoridades sanitarias del Distrito Federal informaron de que se han instalado centros de atención en la Academia de la Policía Federal, donde fueron recibidas las más de 1,5 mil personas.

Los detenidos llegaron al lugar en decenas de autobuses después de que el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes ordenó detener en flagrante delito quienes se recusaran a abandonar los campamentos golpistas instalados en todo el país.

En la decisión, Moraes menciona siete posibles delitos cometieron los bolsonaristas radicales, entre los cuales figuran crímenes contra el Estado de derecho y la soberanía nacional. La decisión de Moraes se produjo horas después de que, la tarde del último domingo (8), vándalos invadieron y depredaron el Palacio presidencial del Planalto, el Congreso Nacional y el Superior Tribunal Federal, que son las sedes del poder.

De acuerdo con la policía, hay en la academia amplio acceso a abogados y defensores públicos. Todos los que siguen allí serán interrogados. Algunos serán liberados, mientras que otros serán enviados a unidades prisionales del Distrito Federal. Hasta las 15.35 del martes, 527 personas permanecían detenidas, informó la policía en un comunicado.

“Todos están recibiendo alimentos regularmente (desayuno, almuerzo, merienda y cena), agua potable y atención médica cuando es necesario”, dice el comunicado.

También el martes, durante la ceremonia de toma de posesión del nuevo director general de la Policía Federal, Andrei Rodrigues, el juez Moraes afirmó que todos los que practicaron, financiaron y alentaron los disturbios del domingo serán castigados con el rigor de la ley. “Las instituciones no flaquearán”, declaró.