Por: Dr. Alberto Soto Cortés
Director del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
La reunión de 1982 sirvió como escenario para debatir la necesidad de conversar, desde el más alto nivel, sobre la importancia de la cultura para las naciones; 40 años después la experiencia se repite y nuestra IBERO será sede
La historia enseña que aquel que domina la narración y los significados puede tener el imperio simbólico, y también fáctico, en diferentes circunstancias y sobre distintos conglomerados de personas. El ejercicio del poder o es brutal o una sutileza, y bajo esta última cara se ha justificado, en nombre de la elocuencia, de la ciencia o de la sabiduría, que pocas personas se encumbren por encima de las demás, a veces regidos por comportamientos más o menos impecables, pero en muchas otras ocasiones con consecuencias que son de lamentarse.
El robo de la libertad es una de las más comunes opresiones que han surgido y cuya práctica se ha matizado por el discurso. No sólo se ha estigmatizado a distintas naciones y comunidades por su cultura material, por sus hábitos, creencias religiosas, costumbres y formas de actuar diferentes, sino que se han generado, con el pretexto de “civilizar”, mecanismos de censura y represión, incluso de aniquilación. Sabemos que ser diferente, pensar distinto, actuar de manera preocupada, llamar la atención, proyectar las frustraciones de otras personas, denunciar los crímenes, exhibir los atropellos, etcétera, puede ser el origen de una confrontación con diversos tipos de poderes, y que las consecuencias, en el mejor de los casos, es la supresión simbólica del enunciante o de su comunidad.
Una reunión de ministras y ministros de cultura
En 1982, México fue anfitrión de una reunión en torno a la cultura. En aquel entonces, se aceptaba en muchas naciones que las políticas públicas fueran construidas desde los gabinetes y despachos de congresistas y ministerios. Escuelas de política, sociología, derecho, historia, antropología, psicología, entre otras, brindaron las categorías para justificar el diseño de políticas, incluso para darle sentido al concepto de “cultura”. El poder, en aquel entonces, mantenía su postura sobre la existencia de una cultura por nación, una única manera de que su ciudadanía fuera reconocible, aceptada y competente frente al concierto mundial.
Poco a poco se ha ido desmontando la idea de la cultura como la suma de las cualidades que diferencian a los pueblos. La cultura no es un cúmulo de actividades, sino operaciones complejas que construyen el ser, el grupo, la comunidad, la región… y sólo a través del reconocimiento de la otredad y de la diferencia, como también de las coincidencias, es que se puede construir el futuro.
La reunión de 1982, conocida como Mondiacult, sirvió como un escenario donde se debatió la necesidad de conversar, desde el más alto nivel, sobre la importancia de la cultura para las naciones, y el papel estratégico para el desarrollo y bienestar de las personas.
Cuarenta años después, el gobierno de México convocó, en el seno de UNESCO, a las ministras y los ministros de cultura, para reunirse nuevamente en la capital del país. A diferencia de hace cuatro décadas, a esa asamblea de las personas responsables del ámbito cultural de sus naciones, se ha sumado la iniciativa de generar espacios de diálogo entre diversos sectores que están involucrados directamente en el ejercicio cultural.
Es así que se generó el proyecto de realizar un foro para que las universidades del mundo pudieran posicionarse, pensar, revalorar y exponer el papel que tienen las comunidades educativas en el desarrollo sostenible. La Secretaría de Cultura se acercó a la Universidad Iberoamericana Ciudad de México con el fin de que actuara como convocante y por esa misma razón se lanzó la propuesta de foro internacional “Las universidades del mundo: políticas culturales y desarrollo sostenible de los países”, que tendrá lugar en la Ciudad de México el 26 y 27 de septiembre de 2022, en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana.
Los resultados de la reunión serán entregados a la UNESCO y serán difundidos vía electrónica con el objetivo que se escuche a las universidades y centros de investigación del mundo, respecto a sus contribuciones y puntos de vista en torno al desarrollo sostenible desde su actuar cultural.
Cualquier institución de educación superior del mundo puede sumarse, llenando un formulario en www.mondiacultuniversidades.org Se espera la participación de autoridades educativas, pero también de la academia interesada en el debate. La convocatoria está abierta hasta el 26 de agosto de 2022.
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