Los colores desaparecen en la noche

Héctor A. Gil Müller

En definitiva, afrontamos una larga noche, hemos ocultado tras las sombras, donde no se ven, muchos de nuestros problemas más lacerantes como sociedad. Y en la noche, como no se ve, pues no hay problemas solamente los dolores. Creo que pensamos que la noche termina solo por el paso del tiempo, pero en las noches de la sociedad, no se pueden medir en horas sino en sueños, sueños que se materializan y se convierten en acciones y situaciones que acaban por levantar las penumbras y traer luz. En materia de seguridad el Estado ha tenido que reconocer su falta de gobernabilidad en muchos municipios, en regiones enteras y en ello, con el menoscabo institucional el Estado ha fallado.

En la noche no hay colores, suponemos que todas las fuerzas políticas que se han estigmatizado con algún color contribuyen y se enfrentan por igual al enemigo. Pero, así como es adentro también afuera pensamos que no hay colores. En política exterior suponemos que no hay consecuencias cuando esta se aplica de una o de otra manera, pero no se puede hacer todo y no hacer nada
¿Cuál es la política exterior de México? Estoy convencido que para el régimen Lopezobradorista, es aquella que se puede usar en el interior. La última novedad pseudodiplomática fue una carta bastante fuerte dirigida a los miembros del parlamento europeo. La misiva fue suficiente para que se detuviera el escandalo contra la casa gris, dejó de lado los reflectores y cosechó aplausos por quienes piensan que nuestro único problema es y será la falta de protesta.

El episodio de la carta, que no entiendo como se pudo traducir al lituano siendo un idioma oficial de la unión europeo se suma a muchos otros que se han vivido. Desde la queja de Vicente Fox por no dejar que el Congreso de la Unión autorizara su gira internacional, la exigencia de una disculpa pública al Rey de España por las atrocidades de la Conquista, el frío posicionamiento en materia de guerra durante los episodios del golfo pérsico y nuevamente ahora con el conflicto Ruso-Ucraniano.

Todos esos episodios parece que apagan mientras nuestra manera de entender los problemas sigue siendo que existen solo adentro del zaguán. Un cuentecillo infantil narraba como en la oscuridad de la noche desaparecían los colores, porque no los puedo ver. No es verdad. No porque algo no lo veamos no significa que no exista. Quizá si hay una agenda establecida de política exterior, pero también quizá si existen consecuencias de algunos episodios que solo podemos catalogar como absurdos. El tiempo lo dirá.

Cada vez empieza a calentarse más el camino rumbo a la sucesión presidencial. Los participantes guarecen a las sombras, como si no existiesen colores en la noche. Algunos comienzan a distraer sus funciones, otros orientando las mismas, pero todos pretendiendo correr en un rumbo que al inicio se antoja sencillo. Seguramente es una carrera que se empieza solo, pero se concluye muy muy acompañado. Nunca se acaba la carrera política, pero si la contienda política. Mientras corren en la noche los colores desaparecen.

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