Arturo Tecuatl
Omitiré nombres para evitar represalias de la jefa de los emepés, interesada -imagino que por orden superior- en dar carpetazo a trágico evento ocurrido en víspera de la noche buena más reciente.
Como si se le quemaran las habas para cerrar ese negro episodio, y de paso aprovechar para el autoelogio el sistema de poder con más yerros como si fuese bueno acapararlos, ha resaltado sensibilidad y cumplimiento que, a mi muy modesto parecer no corresponden a los alcances obtenidos en el breve espacio de quehacer transcurrido.
Como tampoco corresponde, a no ser que se insista en atisbar con una visión parcial a un asunto de cobro de cuentas entre dos, en un contexto de tal simpleza que ha de acabar siendo el cierre de cortina pensando que imágenes filtradas con toda intención por alguna parte renuente a seguir indicaciones como si ovejas fueran de la 4a, siguiendo leales al senserro de la impunidad.
Por la saña, la brutal fiereza alcanzada en lo que pudo ser un crimen en tres tiempos: 1 ejecución, 2 tortura y tres, montaje de una escena perturbadora, nadie sino el poder superior pudo haber tomado nota de semejante suceso, y obrar ordenando fabricar un móvil francamente inverosímil por el universo de evidencias dejadas, pero acaso en un contexto semejante al que, años atrás le afectó, y motivó a guardar silencio, levantar una especie de muro infranqueable para no tiznar su quehacer con la fealdad de los hechos por los cuales purga raro castigo un sujeto que hasta pudo haber salido de las complejas perversidades responsables de acomodar toda la manipulación de una comunidad a la cual mediante este tipo de manejos se le puede pastorear y hasta… convencer.
¿Qué se puede hacer ante este proceder? Ni modo que lamentarlo eternamente.
Aunque pudiera el ruido interior de quien toma las decisiones ser llamado inconsciente a los más avezados a desentrañar la verdad de este doloroso y macabro acontecimiento, para proteger tal vez, a alguien incrustado en la burbuja y con las posibilidades económicas e influencias para haber hecho justicia a su fuero pasional, pagarlo y ordenarlo, contando luego,con una complicidad interesada en colocar este indescriptible daño a la sociedad en su vitrina de objetos deleznables pero, quién quita, útiles en eventuales cobros de facturas con el nuevo código de la cuarta pero de idénticas formas impunes que en un momento dado hasta llegaron a verse con posibilidad de enterrarlos, por el hecho haber optado por el tan llevado y traído cambio.
Para mí, se trata de un vil ejemplo de complicidades entre gentes mal, poderosas e, insisto con vileza en su haber como para aprovechar hasta los capítulos dolorosos de este drama al cual hoy nos permitimos abordar en uno de sus recientes textos más escandalosos.