Inteligencia artificial que saca conclusiones de las entrevistas laborales

Universitat Oberta de Catalunya

Una tecnología de una ‘start-up’ de la UOC preselecciona y pone en contacto de forma ágil a empresas y emprendedores con programadores informáticos.

Cinco minutos pueden bastar a una empresa para encontrar a los programadores más adecuados para cada vacante. Tampoco los
profesionales necesitan mucho más tiempo, poco más de media hora, para mejorar su posición y cambiar de trabajo. Eso es lo que ofrece la plataforma Opground, un reclutador virtual automatizado y basado en inteligencia artificial para conectar a empresas y emprendedores con perfiles tecnológicos a medida.

Este proyecto, que ya está en funcionamiento tanto en España como en Latinoamérica, ha sido finalista de la novena edición del SpinUOC, el programa de impulso del emprendimiento, la innovación y la transferencia de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), coordinado por la plataforma Hubbik.

Cómo funciona

Gracias a Opground, las empresas pueden ahorrar hasta un 80% del tiempo que dedican a buscar nuevos empleados. Basta con que recurran a la plataforma cada vez que necesiten contratar a un programador, y su sistema de inteligencia artificial preseleccionará y les ofrecerá los perfiles más adecuados en muy pocos minutos.

Los programadores realizan una única entrevista de 33 minutos de media con Opi, su asistente virtual (chatbot).

“Es un sistema parecido a una conversación por WhatsApp, aunque queremos incluir pronto audio y vídeo para que los profesionales elijan el sistema que ellos prefieran o con el que se sientan más cómodos. El punto fuerte de Opground radica en su inteligencia artificial, que se encarga de extraer la información de esa entrevista, sacar sus propias conclusiones y relacionarla con lo que cada empresa está buscando”, explica Eduard Teixidó, fundador y CEO de Opground.

Alto grado de satisfacción

Opground, de momento, se ha centrado en los programadores, así como en arquitectos de software o especialistas en ciberseguridad.

“Queremos explotar un sector, ser fuertes ahí y posteriormente abrirnos a otros. Elegimos a los programadores porque son profesionales que no suelen buscar trabajo activamente ni responden a las propuestas que les llegan, por ejemplo, a través de LinkedIn.

Nosotros los convertimos en activos gracias a nuestra entrevista y a que muchos de ellos especifican toda una serie de requisitos y, solo si se cumplen, les recomendamos a las empresas. Son profesionales que seleccionan mucho el proyecto antes de cambiarlo y eso lo tenemos en cuenta. Sabemos que a la gran mayoría, además del dinero, les mueven otros factores, como el equipo, la tecnología, cómo se trabaja en esa empresa, etc.”, asegura Teixidó.

Opground presume del grado de satisfacción de sus usuarios, que es de casi diez sobre diez para las empresas y nueve sobre diez entre los programadores. Muchos de estos profesionales, de hecho, llegan recomendados por otros que ya lo han probado, y su NPS (Net Promoter Score) es del 70%. Incluso algunos de ellos creen tanto en el proyecto que no dudan en ofrecerse para trabajar en él.

Modelo de negocio

Los programadores no pagan por formar parte de Opground, pero sí las empresas. “Nuestro objetivo es vender eficiencia y acceso al talento adecuado. Tenemos una suscripción premium que ofrece acceso a la tecnología como si fuera un empleado más de la empresa e independientemente de si se contrata a un profesional o diez. Pero en esta primera etapa estamos admitiendo contrataciones por éxito”.

En este último caso, si una empresa solo quiere contratar a una persona, puede subir su vacante y en menos de cinco minutos tiene una selección de profesionales recomendados para que pueda ver sus entrevistas y los aspectos de personalidad de los candidatos, y puede mandar una propuesta laboral a quien seleccione para que esa persona elija si quiere conectar y seguir con el proceso.

Los fundadores

Teixidó, ingeniero mecánico de formación, partió de su propia experiencia para crear Opground: “Tanto en mi faceta de emprendedor cómo trabajando de ingeniero, me di cuenta de las dificultades que muchas veces implica la búsqueda de programadores y cuánto les cuesta a ellos cambiar de trabajo, porque al terminar la jornada, lo último que les apetece es ponerse a mirar ofertas que suelen ser muy abiertas, dan muy pocos detalles para no facilitar información a la competencia y obligan a ir de entrevista en entrevista muchas veces para nada”.

A Teixidó se le unieron Marcel Gozalbo y Jordi Vall, máster en Abogacía y estudiante del grado de Humanidades de la UOC. Los tres dicen formar un equipo muy complementario en el que cada uno se encarga de una parte. Teixidó lleva la visión de producto, la web y las ventas; Vall se ocupa del marketing, las finanzas y la comunicación, y Gozalbo, de la tecnología profunda. Los tres fundadores invirtieron sus ahorros para poner en marcha Opground.

Ayudar a mejorar

Opground incluye un último servicio más, tanto a empresas como a profesionales, el conocido como OPI The Coach. Se trata de un asesoramiento personalizado y automatizado, tal y como asegura Teixidó. “A las empresas les ayuda, por ejemplo, a saber qué están pidiendo de más en cada perfil y qué aspectos les faltan para resultar más atractivas a la hora de atraer candidatos. A los profesionales, en cambio, les informa de qué conocimientos o experiencia les faltan para acceder a su siguiente reto profesional y para qué puestos se están contratando perfiles similares al suyo. Para todo ello, analizamos la información global del mercado y no solo nuestros datos internos, ya que estos son cien por cien privados y confidenciales. El objetivo último es ayudar a todos a mejorar y alcanzar sus objetivos”.

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