Quién
Según un reporte policial, los ladrones drogaron al dueño para extraer de su domicilio en la Ciudad de México la pintura Yo y mis pericos de Kahlo y una pieza sin identificar de Rufino Tamayo.
Cuando Jaime Gerardo despertó de un sueño profundo, la pintura Yo y mis pericos, de la afamada artista mexicana Frida Kahlo y una pieza sin identificar del muralista Rufino Tamayo, ya no estaban. Habían sido robadas de su domicilio en la Alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México.
Lo que este señor de 63 años recuerda es que una tarde antes, una pareja llamó a su puerta, supuestamente interesados en comprar las piezas que él había ofertado previamente.
Guiado por el aspecto de la pareja, Jaime Gerardo dejó entrar a los supuestos compradores, les mostró las piezas y les ofreció algo de beber. Él también bebió. Posteriormente, según el relato ofrecido a las autoridades, comenzó a sentir un sueño profundo e incontrolable.
Las autoridades sospechan del uso de gotas en la bebida para dormir al dueño de las obras, sin embargo aún continúan las pesquisas en manos de la Policía de Investigaciones. El robo quedó registrado dentro del expediente CI-FMH/MH-4/UI-2S/D/00296/07-2020 de la (FGJCDMX).
Se presume que, además de las dos obras de los artistas mexicanos, los ladrones extrajeron de la casa ubicada en la colonia San Miguel Chapultepec, cuatro relojes Cartier, 16 mil dólares en efectivo así como cubiertos y los utensilios de plata.
De la obra de Rufino Tamayo que fue hurtada no se ha dado el nombre, en el caso de la de Frida Kahlo se trata de un autorretrato fechado en 1941 titulado Yo y mis pericos, donde se puede ver a la pintora con cuatro aves, dos posadas en cada uno de sus hombros y dos más entre sus manos. La presencia de animales domésticos y mascotas es recurrente en la obra de Frida.
Curiosamente ambos artistas mexicanos han figurado como los de mayor valor para la casa de subastas Christie ‘s de Nueva York. En 2006, Kahlo rompió el récord para un artista latinoamericano al registrar una puja de 5,6 millones de dólares por la obra Raíces. Años después Rufino Tamayo impuso una nueva marca con el cuadros Trovador por el cual se ofrecieron 7,2 millones de dólares. En 2016, la pintora retomó su sitio con el cuadro Dos desnudos en el bosque el cual fue adquirido por 8 millones de dólares
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