Staff/Rossi
Pfizer dio a conocer que ya está en México su primer medicamento biocomparable para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama y cáncer gástrico. Lo que significa que más mexicanos tendrán acceso a terapias seguras y asequibles para el control de estas enfermedades oncológicas.
La compañía afirmó que este nuevo lanzamiento forma parte de su aspiración de desarrollar 15 nuevos medicamentos para el 2022, además de refrendar su compromiso de duplicar su tasa de éxito en innovación y traer medicinas al mundo más rápido.
De acuerdo con el Dr. Mauricio Becker, Líder del Área Médica de Oncología en Pfizer México, los medicamentos biológicos provienen de organismos o células vivas, a diferencia de los medicamentos que se forman de la combinación de ingredientes químicos. De este modo, los primeros se caracterizan por estar compuestos a base de estructuras moleculares grandes y a menudo complejas[1].
Indicó que un biocomparable o biosimilar, como también se conocen, es un producto biológico muy semejante al medicamento de referencia; es decir, es capaz de mantener la calidad, seguridad y eficacia al no tener diferencias clínicamente significativas. Esto se demuestra mediante un análisis exhaustivo de la estructura y la función de ambos productos para demostrar su similitud en relación a como el cuerpo procesa el fármaco, la respuesta ante este, entre otros.[2]
“Nuestra motivación es saber que, con la disponibilidad del primer oncológico biocomparable de Pfizer en México, contribuimos con la comunidad médica con más opciones a elegir para el tratamiento de los tumores mamarios y gástricos, lo que potencialmente ayuda a las personas a tener un mayor acceso a medicamentos de alta calidad y seguridad. Además, con ello Pfizer reafirma su compromiso de poner a los pacientes en el centro”, destacó.
Asimismo, el Dr. Manuel Ernesto Magallanes Maciel, Director Nacional del Centro Oncológico Internacional señaló que:“Un biocomparable no se considera genérico de un medicamento biológico debido, principalmente, a la variabilidad natural y complejidad de su proceso de fabricación (recordemos que están hechos a base organismos vivos y requieren múltiples tecnologías innovadoras para su elaboración); por consiguiente, se necesitan más estudios para la aprobación normativa y así poder garantizar que las pequeñas diferencias no afecten la seguridad ni la eficacia y ofrezcan el mismo efecto terapéutico del medicamento de referencia”.[3]
Por ello, aseguró que dichos medicamentos representan importantes ahorros para la economía de las familias y el sector público al permitir la optimización de los recursos, además de ser una opción segura de acceso a terapias innovadoras. “El que estas alternativas tengan más participación en el mercado, favorecen su alto impacto en el control y tratamiento de diversos tipos de enfermedades”,[4]expuso el también el Dr. Magallanes.
En ese sentido, Pfizer se ha caracterizado a lo largo de su historia por incluir a centros médicos en México donde se involucran a pacientes mexicanos en sus estudios clínicos, con el objetivo de aumentar la inversión en investigación clínica y ofrecer experiencia y conocimiento a los médicos líderes en diferentes campos. Por ejemplo, en el último año, la compañía aportó en este rubro 15 millones de dólares en áreas terapéuticas como Cardiovascular, Inflamación y Oncología.
“La misión de la compañía es generar innovaciones que cambien la vida de los pacientes, lo cual significa contar con un amplio y novedoso portafolio de medicamentos que sean capaces de satisfacer aquellas necesidades de salud no cubiertas o para las cuales no existe una cura. Dentro de éstas se encuentra la elaboración de biocomparables de alta calidad para la población con enfermedades graves o potencialmente mortales como el cáncer”, reiteró el Líder del Área Médica de Oncología en Pfizer México, Dr. Mauricio Becker.