Mundo Rural
Hipólito Contreras
Ninguna economía del mundo puede soportar una parálisis de meses, terminaría destrozada, aniquilada, con efectos sociales y económicos muy graves, y seguramente los daños serían mayores que una pandemia, una economía paralizada tendría los mismos efectos que un bombardeo en una guerra.
Un país, una región, viven por su economía, la diversidad de actividades hacen posible la producción necesaria para responder al consumo de la sociedad, la economía mueve todo, permite todos los intercambios entre los grupos, permite las actividades de gobierno que regulan a los diversos grupos, gobierno y gobernados subsisten, discuten, dialogan, llegan a acuerdos y avanzan, es la sociedad en movimiento, no pueden detenerse ni un solo día.
Esta parálisis económica causada por la pandemia está llegando a su límite, no puede prolongarse indefinidamente como la misma pandemia, debe de terminar para retomar el ritmo normal, las actividades no pueden frenarse por los efectos negativos que se tienen.
En una sociedad en movimiento hay producción, ciencia, deporte, cultura, recreación, gobierno, educación, salud, obras, libre expresión, comunicación, justicia, organización, etc., si todos esto se interrumpe, hay problemas graves, el ser humano fue hecho para moverse, estar activo en forma permanente, esto mismo pasa en los animales, un perro encerrado o amarrado, por ejemplo, cambia de actitud, no es el mismo al que anda en libertad.
Si la pandemia llevó a un semi encierro, a una reducción de actividades, los efectos ya se ven en todos los aspectos, sobre todo en el económico, y se afecta sobre todo a las capas sociales menos favorecidas, los trabajadores de las ciudades y el campo, sus bolsillos se empiezan a quedar vacíos, sin capacidad de compra de lo más elemental. Si esta mayoría social ya enfrentaba problemas por los bajos ingresos, hoy su situación empieza a ser crítica, y de aquí a los hechos delictivos hay poca distancia, es el siguiente paso natural y lógico.
A estas alturas de la pandemia resulta increíble ver cómo sin que se haya hecho obligatorio, sin que el gobierno haya emitido una ley, sin que hayan puesto policías y soldados en las calles y comunidades, la gente, las empresas, los sindicatos, las organizaciones, el gobierno, se paralizaron solos, se formó un cadena, comenzó un comercio, una empresa, y le siguieron los demás, tanto les repitieron “quédense en casa” que terminaron haciéndolo por los menos en un 50 por ciento de la población, pero con eso fue suficiente para que se paralizara en gran forma la economía, sólo quedaron los proveedores de productos y servicios, apenas los básicos, si ellos hubieran parado también la sociedad se muere, sería como haberle quitado el oxígeno, el agua y los alimentos.
Estuvo bien como medida de sobrevivencia haberse resguardado por buen tiempo, las circunstancias así lo pedían, pero esto no debe prolongarse más, hay que ir aflojando las cuerdas que nos atan, poco a poco, hay que ir tomando aire, recuperándonos poco a poco, las pandemias no son eternas, así como llegaron se van.
El comercio con todas las medidas puede ir reabriendo sus puertas, los mismo las empresas, los aeropuertos, la actividad agrícola y ganadera, el deporte, la educación, la cultura, el arte, la investigación, etc., todos a reiniciar paso a paso con las medidas necesarias.
De mayo nos quedan doce días, hay que ir ya aflojando las cosas, tomando las precauciones necesarias, si la curva mayor de pandemia está bajando, los mismo debe hacerse con el reinicio gradual de actividades, las estadísticas lo deben de reflejar.
Se ha dicho que en el caso de Puebla, la permanencia de contagios es porque siguen actividades en determinados lugares como tianguis y mercados y que no ha habido suficiente colaboración de la población, es cierto, la entidad registra un 20 por ciento de fallecimientos, mientras que la media nacional es del 10 por ciento, de lo que se trata es que se trabaje pero con todas las medidas, que se vaya abriendo de manera gradual.
El hecho, el anuncio a nivel estatal, de que se suspenden actividades escolares en lo que resta del año, puede que generar más perjuicios que beneficios al mundo estudiantil, los niños, los jóvenes, aún pueden asistir a sus clases en los próximos 12 días, aún se puede con las medidas necesarias, suspender por casi 10 meses las clases presenciales este año, no creo que sea bueno, las clases a distancia nunca serán iguales. Mantener inactivos todo ese tiempo a más de un millón de niños y jóvenes no es bueno, esto es como mantener inactiva al 15 por ciento de la población.
Este pueblo heroico ya resistió buen tiempo, esta economía valiente también ya resistió, pero todo tiene un límite, volvamos a la actividad lenta, gradualmente, con las medidas necesarias, pero volvamos ya.
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