René R.Coca.
• El cierre de la frontera sur y el coronavirus los ha puesto en jaque
económico.
• Proponen descuentos en servicios básicos y apoyos económicos.Tapachula, Chis; MAR. 24 (interMEDIOS).- Luego de un desplome calculado
en 70 por ciento en ventas, propietarios de restaurantes y servicios
turísticos de Tapachula solicitaron la pronta intervención del gobierno
federal para evitar que en máximo 15 días tengan apoyos e incentivos que
eviten el cierre de los establecimientos, y con ello despido de
personal, lo que impactaría fuertemente en la economía local y generaría
incertidumbre social.
El propietario de la Catedral del Marisco, Carlos Dávila, informó que el
grupo de restauranteros integrado por al menos 10 establecimientos,
hacen un llamado al gobierno federal y estatal para que las dependencias
encargadas de fomentar la economía, establezcan estrategias justas y
razonadas para evitar que los comercios locales y prestadores de
servicios de micro y pequeño nivel, cierren sus puertas ante la
problemática actual que amenaza a todo el país.
El empresario explicó que esta caída en las ventas y número de
comensales es en gran medida a que la economía del Soconusco depende en
su mayoría de la población guatemalteca que ingresa a la Frontera Sur
para realizar sus compras, hacer turismo y realizar negocios; “En este
momento el Gobierno de Guatemala cerró sus fronteras y carecemos, los
del Soconusco, de esa fuente de ingresos que dejan los chapines”.
económico.
• Proponen descuentos en servicios básicos y apoyos económicos.Tapachula, Chis; MAR. 24 (interMEDIOS).- Luego de un desplome calculado
en 70 por ciento en ventas, propietarios de restaurantes y servicios
turísticos de Tapachula solicitaron la pronta intervención del gobierno
federal para evitar que en máximo 15 días tengan apoyos e incentivos que
eviten el cierre de los establecimientos, y con ello despido de
personal, lo que impactaría fuertemente en la economía local y generaría
incertidumbre social.
El propietario de la Catedral del Marisco, Carlos Dávila, informó que el
grupo de restauranteros integrado por al menos 10 establecimientos,
hacen un llamado al gobierno federal y estatal para que las dependencias
encargadas de fomentar la economía, establezcan estrategias justas y
razonadas para evitar que los comercios locales y prestadores de
servicios de micro y pequeño nivel, cierren sus puertas ante la
problemática actual que amenaza a todo el país.
El empresario explicó que esta caída en las ventas y número de
comensales es en gran medida a que la economía del Soconusco depende en
su mayoría de la población guatemalteca que ingresa a la Frontera Sur
para realizar sus compras, hacer turismo y realizar negocios; “En este
momento el Gobierno de Guatemala cerró sus fronteras y carecemos, los
del Soconusco, de esa fuente de ingresos que dejan los chapines”.
Carlos Dávila indicó que aunado a ello, la Secretaría de Salud ha
emitido medidas preventivas por el Covid-19 que ven con buenos ojos y
que han acatado, pero que también sería recíproco que el Gobierno
elabore una estrategia para evitar el cierre del sector productivo e
iniciativa privada, ya que muchos establecimientos van al día, y que lo
máximo que podrían soportar son 15 días antes de que se vean en la
necesidad de recortar personal e inclusive cerrar por tiempo indefinido.
Entre las propuestas que los restauranteros dieron a conocer, está que
los servicios básicos como energía eléctrica, impuestos, agua potable y
pago de tarifas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, entre
otros servicios ante dependencias gubernamentales de los tres órdenes de
gobierno, haya un 50 por ciento de descuento; así como tener acceso a
recursos a tasa 0, o a fondo perdido; pero que sea congruente con los
tiempos que el país y la región vive.
Finalmente, coincidieron en que el Gobierno debe poner alternativas de
solución debido a que la mayoría de la población del país en el sector
productivo, la gente vive del autoempleo, de sostener una micro, pequeña
o mediana empresa, o ser trabajadora de la iniciativa privada; pero que
al cerrarse o desemplearse habría problemas sociales que incentiven a
los saqueos, delincuencia común o de otra índole, aspecto que sería
contraproducente en todos los sentidos.