Roberto Desachy Severino
Se puede estar o no de acuerdo con él, sus planes de gobierno, declaraciones, ocurrencias, las “mañaneras”, etc, pero nadie puede negar su habilidad y que el presidente Andrés Manuel López Obrador desayuna, come y cena política y, por lo tanto, que sabe detectar las oportunidades para revertir las crisis que minan su popularidad ante la población.
Y aunque, al parecer, su gobierno no considera como prioritario escuchar las miles o millones de demandas ciudadanas por la inseguridad que prevalece en el país, lo cierto es que los casos Culiacán y Le Baron le han costado al presidente de México perder ya 4 por ciento de aprobación a su gestión, debido a que desde el 17 de octubre, cuando se permitió escapar a Ovidio Guzmán López, la imagen del titular del Ejecutivo federal no ha dejado de caer: Un notorio 2.2 por ciento de aprobación ciudadana, lo que el caso Culiacán le ha quitado a AMLO…hasta el momento
Las cuentas son claras, porque el pasado 12 de octubre – pocos días antes de que los gobiernos federal y estatal de Sinaloa cometieran operativo fallido que permitió la liberación del hijo del Chapo Guzmán- AMLO podía presumir una aprobación ciudadana del 63.9 por ciento, según la prestigiada empresa encuestadora Consulta Mitofsky, de Roy Campos.
En contraste, después de lo ocurrido en Culiacán y de la matanza de mujeres y niños en el caso Le Baron, este lunes 11 de noviembre la calificación de la gente al presidente fue del 59%, de acuerdo al mismo Roy Campos: Gobierno de AMLO, incapaz y en crisis, tras ataque a familia LeBarón: prensa internacional
ASILO A EVO MORALES, SALVAVIDAS PARA LA POPULARIDAD PRESIDENCIAL
Ignoro si López Obrador tenía algún indicio de la gravedad de la crisis social, política y de seguridad que enfrentaba en Bolivia el hoy ex presidente Evo Morales el pasado 2 de noviembre, cuando en su mañanera descartó un golpe de estado contra su gestión, con el presuntuoso –pero cierto- argumento de que cuenta con el respaldo de la mayoría de los mexicanos: Mayoría me respalda y no permitiría un golpe de Estado, asegura AMLO
Pero 8 días después, la crisis sociopolítica en Bolivia y la dimisión de Evo Morales (después de más de 13 años y 9 meses de estar en el gobierno de ese país y luego de ser acusado por la oposición y la OEA de un supuesto fraude electoral para ganar su cuarta contienda presidencial seguida), le dieron a AMLO la oportunidad de subirse al tema, ofrecerle asilo al ex líder de los cocaleros de ese país y meter en la agenda temática de los mexicanos tanto la posibilidad de un golpe de estado como la reconocida política exterior mexicana: Evo Morales acepta asilo ofrecido por México
Habrá que esperar algunos días, para constatar si el asunto boliviano, el supuesto golpe de estado (algunos internacionalistas dicen que sí lo fue, pero otros lo niegan) a Evo Morales y el resguardo mexicano al ex presidente de ese país contribuyen a recomponer la imagen amlista, aunque es cierto que lo sucedido en ese país de Sudamérica nos recuerda que, efectivamente, los golpes de estado promovidos por militares y una derecha resentida y vociferante sí ocurren: Evo Morales renuncia en medio de acusaciones de fraude electoral y crisis política en Bolivia
CASO BOLIVIA…¿LLAMADO DE ALERTA PARA AMLO EN SU RELACIONES CON MILITARES Y POLICÍAS?
Aunque el caso Evo Morales podría ayudar a que AMLO recupere su popularidad, un hecho que –quizá- debería tener en cuenta es que la salida del ex presidente boliviano no solamente se debió a las acusaciones de fraude electoral y a las consiguientes protestas de sus opositores –y de ciudadanos –en las calles.
Algo que contribuyó de manera decisiva a la caída del dirigente cocalero fue el rechazo de policías y militares a él y a su partido, el MAS (Movimiento al Socialismo), debido a que días antes de que dimitiera públicamente los agentes de seguridad se declararon en rebeldía contra su gestión y le pidieron la renuncia: Evo Morales renuncia a la presidencia de Bolivia: 5 claves que explican por qué tuvo que dimitir el mandatario indígena
Después de que los gobiernos federal y de Sinaloa liberaron a Ovidio Guzmán López, de la ejecución salvaje contra uno de los policías que participó en la detención de dicho personaje y de que el titular de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval, dijera que el coronel de caballería del estado Mayor Presidencial, Juan José Verde Montes, había encabezado el fallido operativo contra el hijo de El Chapo, es muy probable que haya molestia en los militares hacia el gobierno federal: Coronel nombrado no participó en operativo en Culiacán: AMLO
Y pese a que después el propio AMLO deslindó a Verde Montes de dicho operativo y a que, afortunadamente, nada malo le ha sucedido a ningún miembro de la Sedena y/o de la Semar luego del fallido caso Culiacán, lo cierto es que el gobierno federal debería reforzar sus relaciones institucionales y operativas con ese sector del Estado mexicano ¿Es un golpe de Estado lo que ha pasado con Evo Morales en Bolivia?