Roberto Desachy Severino
En su 1er informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador solamente reconoció un pendiente: el de la creciente inseguridad y, aunque –como siempre – lo achacó a las administraciones federales anteriores, es muy positivo que admita que a su gestión le falta dar resultados en esta materia.
Pero desdeñó el magro “crecimiento” económico que su administración ha generado en el país y que, de acuerdo al INEGI, fue del 0 por ciento en el 2do trimestre del año y apenas del 0.1% en el primero, lo que conlleva una pírrica generación de empleos: ¡Peor imposible!, no creció nada el PIB nacional en el 2do trimestre del año, alertó el INEGI
Si es preocupante que Andrés Manuel López Obrador no reconozca que su gobierno ha sido incapaz de reactivar la economía del país, es peor de desolador el que haya minimizado el desempeño (o la falta del mismo) productivo de México durante su gestión con el argumento de que los mexicanos están felices, como lo alertó el lunes pasado la reconocida publicación americana, The New York Times: El México de AMLO no puede estar feliz feliz feliz
Y aunque de alguna manera AMLO tiene razón en lo referente a la “felicidad” de los mexicanos, ya que en julio pasado la población urbana reportó ante el INEGI sentirse satisfecho por su vida en un 8.3 por ciento, lo que el desmesurado optimismo del titular del Ejecutivo federal no toma en cuenta es que este índice de “Bienestar Autorreportado” ¡es el mismo que tenía la gente en julio del año!, cuando el país era gobernado por uno de los presidentes más repudiados en la historia reciente.
PIB, CONSTRUCCIÓN, EXPECTATIVA EMPRESARIAL, A LA BAJA
Además, la misma medición de “Bienestar” del INEGI precisó que algunos aspectos de la vida de los mexicanos que se relacionan con los diferentes niveles de gobierno, como la seguridad o el país, son los que menor satisfacción dan al ciudadano común, con el 5.3 y 6.8, respectivamente: INEGI: Indicadores de Bienestar Autorreportado de la Población Urbana
Pero más allá de algo tan personal y etéreo como el “Bienestar Autorreportado”, el INEGI se encarga de medir cifras concretas y, en lo que va del lopezobradorismo, varios indicadores importantes van a la baja, como el de la construcción, cuya más reciente Encuesta Nacional de Empresas de la Construcción (ENEC) reportó una caída del 0.6% en el sector y del 0.4 por ciento en su personal ocupado: INEGI: Indicadores de Empresas Constructoras confirman caída del 0.6% en junio
El 28 de agosto el mismo INEGI alertó un aumento del 0 .6 por ciento del desempleo en comparación con el del 2018, mientras que el 31 del mes pasado se informó que la producción metalúrgica del país cayó 2.4%: INEGI: El índice de volumen físico de la Producción Minerometalúrgica del país disminuyó (-)2.4%
Y AUNQUE EL PRESIDENTE ESTÉ OPTIMISTA, MUCHOS MEXICANOS Y ANALISTAS “TENEMOS OTROS DATOS”
Y un día después del informe presidencial, el 2 de septiembre, el INEGI difundió sus Indicadores de Confianza Empresarial y el de Expectativas del mismo sector. Prácticamente todos los sectores económicos medidos (manufacturas, construcción, comercio) reportaron una reducción en la confianza en el futuro desempeño de dichos rubros productivos.
Los Indicadores de Expectativas Empresariales (IEE) también van a la baja: el sector manufacturero reportó una disminución del 0.3 por ciento en el personal ocupado y del 4.1% en la demanda nacional de sus productos. En la construcción la caída fue del 0.7 por ciento en el índice del personal ocupado en comparación con el año pasado y en el comercio el desplome fue del 5.2% en las plazas de trabajo.
Así que mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador aprovecha cada oportunidad para refrendar su optimismo, reiterar que con la 4T está en marcha “un cambio de régimen” y descalificar a sus detractores al llamarlos “conservadores, fifís”, etc; lo cierto es que muchos mexicanos y analistas internacionales no comparten su alegría, su jolgorio, simplemente porque tienen “otros datos”, como el mismo AMLO ha dicho infinidad de veces: López Obrador intenta trasmitir optimismo a México pese a incremento de la violencia y señales de recesión