Carlos Javier Jarquín
El resplandor del suicidio actualmente es mayúsculo y preocupante, diariamente personas de distintas partes del mundo deciden suicidarse, las personas que hacen esta decisión viven inundados de problemas, creen que las circunstancias del presente serán eternas, todos sin importar clase social, económica e intelectual vivimos momentos difíciles, para resolver los instantes oscuros en nuestra vida necesitamos actuar pacientemente y coherentemente, seamos fuertes para sostener cada prueba que el universo nos presenta, dejemos que Dios pause nuestra respiración, él nos ha enviado a este mundo para realizar singular misión, nuestro camino nunca será siempre de exquisito perfume.
El encanto de la vida depende de nuestra actitud, somos absolutos decoradores de su belleza, somos autores de su contenido. El suicidio es una inquietud provocada por distintas “razones”, entre las principales están: falta de dinero, bullying, sentimientos, entre muchas más, un amor no correspondido quizás, puede ser la principal razón por la que una persona haga la más fatal decisión de su existencia, el suicidio es una trampa que saluda al rico; pobre, intelectual, artista, laico, joven y adulto, no todos aceptamos su saludo, en la próxima que te salude ese inquieto pensamiento firmemente debes rechazarlo. Innumerables personas dotados de talentos han sido atrapados por el suicidio.
Un día como hoy hace 100 años se suicida brillante poeta ecuatoriano.
Medardo Ángel Silva Rodas (nació en Guayaquil, Ecuador el miércoles 8 de junio de 1898 y falleció el martes 10 de junio de 1919), fue escritor, poeta, periodista, compositor profesor y editor, es uno de los grandes destacados intelectuales de su época, perteneció a la llamada “Generación decapitada”. Fue hijo de Enrique Silva Valdez y de Mariana Rodas Moreira, vivió en la casa de sus padres junto a Ángela Carrión Vallejo, con quien tuvo a su única hija, María Mercedes Silva Carrión (nacida en 1919 y fallecida el 9 de agosto de 1981).
Película y Legado
Medardo cuando falleció tenía 21 años, su legado literario ha sido símbolo de inspiración para diversos artistas, fue un escritor que cultivó varios géneros literarios, su talento nato era inefable. “Escribió bajo los seudónimos de “Jean D’Agreve” y “Oscar René”, que adoptó en 1915. De sus obras sólo fueron publicadas ‘María Jesús’ y ‘El árbol del bien y del mal’, el resto quedaron inéditas. La obra y vida de Medardo Ángel Silva ha inspirado diversas representaciones artísticas: se realizó una película biográfica sobre su vida: Medardo (bajo la dirección de Nitsy Grau. En esta, participaron actores nacionales e internacionales, Lupita Ferrer, una de ellas”.
Autodidacta
Su adicción a la lectura lo convirtieron en una leyenda memorable, y hoy su nombre es de renombre internacional, “Silva no se graduó de bachiller, su condición de autodidacta lo llevó a ser maestro escolar e incluso a leer en francés. Fue maestro, trabajó en una imprenta y además fue editor en diario El Telégrafo, el de mayor
circulación en aquella época”, él nos demostró exitosamente que la disciplina y constante lectura, es el arte que nos ayuda a desarrollar puntualmente nuestros talentos.
Muerte
El arte poético e intelectual aún siente la muerte de este gran bardo ecuatoriano, que a su corta edad dejó un legado espectacular e inolvidable. “Cuando tenía 21 años se dirigió a la casa de Rosa Amada Villegas, con quien tuvo una relación. Él le pidió hablar en privado, y luego en un salón privado, sacó un revólver para dispararse en la sien. Medardo se suicidó el 10 de junio de 1919 en Guayaquil. Varios de sus poemas fueron utilizados para crear canciones, siendo la más reconocida El alma en los labios, popularizada por el cantante Julio Jaramillo”.
Poema: “El alma en los labios”
Amar y no ser genuinamente correspondido es una de las más principales realidades del ser humano, en alguna etapa de su vida ha vivido o podrá vivir, de ello nadie se salva. El Alma en los labios es uno de los poemas más reconocido de Silva, “fue escrito poco antes de suicidarse; fue un homenaje a su novia Rosa Amada Villegas. Comparto la primera estrofa de este magnífico poema: Cuando de nuestro amor la llama apasionada / dentro de tu pecho amante contemples extinguida, / ya que sólo por ti la vida me es amada, / el día en que me faltes me arrancaré la vida.
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