Rossi A. G.
El registro consta de 800 ejemplares, en su mayoría roedores y murciélagos
Con un registro de 800 ejemplares, en su mayoría roedores y murciélagos, así como algunas ardillas, conejos y pieles de lince, zorrillo, coyote y venado rojo, la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP dispone de una colección científica de mamíferos propios del estado, la cual constituye la materia prima para generar y validar conocimiento.
El principal fin de este acervo es permitir el estudio de las faunas locales, como una fuente de información para los estudiantes de esta disciplina. Los ejemplares permiten el estudio del ADN, tejidos y otros aspectos para conocer a detalle la morfología y biología molecular de una especie, sin tener que sacrificar animales para estos fines académicos, indicó el doctor Jesús Martínez Vázquez, responsable de esta base de datos.
“Para un biólogo una colección científica representa el acervo de una biblioteca, cada ejemplar es un libro que proporciona información. Aunque una especie haya sido estudiada, siempre hay información valiosa”, refirió.
El también jefe del área de Biología Animal y Zoología señaló que la colección científica de mamíferos, ubicada en el tercer piso de esta unidad académica, dispone de las condiciones para garantizar la preservación de los ejemplares recolectados o donados, los cuales fueron previamente preparados, identificados y catalogados.
Esta colección se estableció en 2004 en respuesta a algunos proyectos de investigación que requerían registros acerca de mamíferos de ciertas regiones de la entidad, tal es el caso de roedores silvestres y murciélagos. “Su objetivo no es aumentar el número de ejemplares, sino incorporar nuevos organismos por captura de acuerdo con el estudio en cuestión”, insistió el académico.
Las colecciones científicas tienen como característica concentrar archivos del conocimiento en un espacio determinado con el fin de conservarlos y mantenerlos disponibles en el largo plazo. Estos archivos tienen la cualidad de ser objetos físicos, denominados ejemplares, que son de suma importancia para la ciencia. Los primeros acervos de este tipo se encuentran en Estados Unidos y Europa, desde 1909.
En la Ciudad de México existen tres colecciones científicas de mamíferos alojadas en las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana, así como en el Instituto Politécnico Nacional. Estas colecciones disponen de ejemplares oriundos del estado de Puebla, informó Martínez Vázquez.
Las colecciones científicas no son simples gabinetes empolvados con objetos inútiles en su interior, ni entidades estáticas. Por el contrario, son entidades dinámicas directamente relacionadas con la generación y validación del conocimiento científico.