#Análisis 2019, un año de ‘cal y arena’ en materia económica para México

Por: Mtro. Abraham Vergara Contreras

· La incertidumbre en temas políticos y de gobernanza podrían impactar la situación financiera y económica del país

No cabe duda que el año 2019 será atípico: como en los ‘mejores’ años del PRI, Morena cuenta con la mayoría en el Congreso para hacer y deshacer a su antojo. La voz del Presidente da la línea de acción y los súbditos parlamentarios realmente deben negociar con muy poco esfuerzo para alcanzar el consenso y garantizar la aprobación de los deseos presidenciales.

Será un año en el que la incertidumbre en el tema político y de gobernanza prevalecerá. Desde las primeras decisiones se observan ‘pequeños’ sismos que podrían generar una situación económica y financiera complicada para el país. Por un lado, se están dando apoyos y más apoyos a los sectores más vulnerados, pero por otro quedan muchas dudas de cómo se va alcanzar la consecución de los recursos para dar cumplimiento a los mismos.

El 2018 se caracterizó por la contienda política y por escuchar promesas y promesas, hoy vemos cal y arena plasmados en el presupuesto de la Federación. Es verdad que hay alcances y beneficios para unos sectores, pero también hay rezagos en otros. Es justo decir que nunca las cuentas gubernamentales dejarán satisfechos a los actores políticos, empresarios, académicos y a la ciudadanía; sin embargo, es importante destacar aquellos rubros que pueden detonar a la economía nacional o dejarla en el estancamiento económico que hemos vivido por años.

Por meses escuchamos decir que México no crecía, lo cual es una gran falacia, el país creció en el pasado, pero con un estancamiento del 2%. Curiosamente, la expectativa de crecimiento para el 2019 se encuentre entre 1.5 y 2.5%, es decir, seguiremos en los mismos niveles de insuficiencia que la tecnocracia —en el pasado criticada por los ahora encargados de las políticas públicas— había alcanzado.

Para 2019 se tiene una previsión inflacionaria de 3.4% por encima de la meta de Banxico, aunque es verdad, hace más de un año que se rebasó y ahora se harán esfuerzos por contenerla y regresar a la banda conveniente que favorezca la economía de las familias mexicanas. Me permito dudar de alcanzar este nivel: se ha demostrado que el incremento de la tasa de interés —ya en 8.25% y se espera siga incrementando durante el nuevo calendario— no ha sido suficiente para lo que a mi parecer es el factor que encarece los precios, es decir, el lado de la oferta, los productores que al enfrentarse a materias primas más caras reflejan esos mayores costos en los consumidores.

El tipo de cambio peso-dólar con el cual fue hecho y aprobado el presupuesto se encuentra alrededor de los 20 pesos; cabe decir que este es un valor promedio y que seguramente durante el año podrá alcanzar niveles mucho más altos, provocados por la debilidad de la economía del país o por factores externos que golpeen a nuestras finanzas.

Por su parte, las finanzas públicas tienen sus cimientos en la supuesta ‘no creación de nuevos impuestos’, sin embargo, y en un claro incumplimiento de la promesa electoral, la gasolina no tendrá un descenso en su precio, por el contrario el incremento inflacionario y la desaparición del subsidio seguramente afectarán al bolsillo de los mexicanos, ya sea de manera directa al pagar más o de manera indirecta si los productores deciden reflejar este incremento en el precio de los bienes de consumo. Al final, la sociedad es la perjudicada.

Por el contrario, en lugar de nuevos impuestos, lo cual es positivo, no olvidar que somos uno de los países donde la base que contribuye es de las más pequeñas. A partir del día uno del año existe una franja fronteriza, que no beneficiará a los más desfavorecidos del sureste del país, sino a los estados y municipios del norte, en la búsqueda de una mayor competitividad ante el vecino poderoso, que por cierto, sigue obstinado en cerrar su frontera con un muro.

Eso sí, se logró la firma de un acuerdo comercial que deja más dudas que cosas positivas, y no por lo plasmado en el mismo, sino por la posibilidad de que el presidente Trump en un día de humor negro tomé la decisión de romper con el mismo.

Lo mismo sucede con el salario mínimo: hoy somos un México dividido en dos, los de la frontera norte, que ganarán 176.72 pesos diarios (41 municipios), y el resto del país, con un ingreso de 102.68 pesos; eso sí, honor a quien honor merece, por encima del incremento propuesto en campaña del 15.6% por año, al menos para este 2019 el incremento es del 16.20%, con lo que poco más de 2 millones de familias se verán beneficiadas al incrementar sus ingresos. Esta medida incentivará el mercado interno, disminuirá la informalidad y ‘recuperará’ el poder adquisitivo de las familias.

El presupuesto 2019 dice que el barril de petróleo mexicano rondará los 55 dólares… pequeño detalle: como nunca, la producción petrolera del país ha bajado. Eso sí, se pretende hacer una reestructuración o una totalmente renovada reforma energética basada en la inversión para la modernización de las refinerías actuales y la creación de una o dos nuevas. Esta visión podría ocasionar un impacto importante en el manejo del dinero del país.

No basta con una reorientación de los recursos (punto también positivo), también se deben de gastar de manera eficiente. La primera prueba de este gobierno indica que será reprobarla, los inversionistas ‘buitre’ se encuentran al acecho del momento perfecto para acertar el golpe con los bonos del aeropuerto cancelado.

No olvidar que su interés se basa en realizar rendimiento y no en una generación de un sistema aeroportuario en Texcoco, Santa Lucía o en donde el presidente Obrador declare, ellos quieren rendimiento y seguro lo obtendrán. A este aspecto se le debe sumar el dinero que se destinará al nuevo aeropuerto, al parecer tirado a la basura y con acreedores en búsqueda de un rendimiento importante; por lo que cabe preguntarnos: ¿Éste es un gasto eficiente?

El México de 2019 se encuentra más preocupado por la gobernanza y la seguridad que por el flagelo de la corrupción e impunidad; la esperanza de un nuevo año y un nuevo gobierno donde 18 programas sociales serán los prioritarios para poder mitigar la desigualdad y en la medida de lo posible disminuir la pobreza. Esperemos que los 5.8 billones de pesos del presupuesto sean suficientes para dar certidumbre a los siguientes cinco años de gobierno… Al tiempo.

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