En programas como alfabetización encuentra su mejor expresión la vocación social de la universidad pública: Alfonso Esparza Ortiz

• Concluye Campaña 2019: participaron cerca de 100 estudiantes, se atendieron 23 poblaciones, 243 personas aprendieron a leer y escribir y 189 más acudieron a los talleres.
• En los últimos 13 años, a través del CUPS, la BUAP ha alfabetizado a 6 mil 662 habitantes y más de 10 mil se han beneficiado con los conocimiento impartidos en diversos cursos.

Arlette Hernández

-¡Qué preciosidad leer y saber escribir! Estudiando nos damos cuenta de varias cosas: qué dice, qué pasa, cómo fue.

-Yo no sabía juntar las letras; ya sé escribir mi nombre con letras mayúsculas.

-Aprendimos también las cuentas; del plástico, lo que tarda en pudrirse; el vidrio, para qué sirve…sobre la basura.

Son Juanita Méndez, Juana Ofelia Muñoz y Julia Cacique, mujeres de más de 80 años, a quienes, entre otros, el Rector Alfonso Esparza Ortiz entregó reconocimientos por haber concluido el Programa de Alfabetización 2019.

     Es media mañana y los cerros asoman tímidamente entre vaporosas nubes que surcan el cielo. En la explanada de la escuela primaria de la Junta Auxiliar de Santa Cruz Cuautomatitla, del municipio de Tochimilco, se ha reunido la comunidad. Hay alegría.  Como en muchas otras, allí se ha manifestado la vocación social de la universidad pública y sus bondades con la formación integral y humanista de sus estudiantes, los alfabetizadores, quienes portan la leyenda “Aprendí enseñando”.

    Allí el Rector Alfonso Esparza entregó reconocimientos a los alfabetizadores y alfabetizados y anunció la construcción de un nuevo Kali: centro comunitario cuyas actividades se rigen por cuatro líneas de trabajo: Educación para la vida, Salud y bienestar comunitario, Economía social y Ciencia, arte y cultura. Para reforzar la iniciativa de las escuelas comunitarias que atienden a niñas, niños y adolescentes que no asisten a la escuela regular e incluir al resto de los pobladores, se abrió el primer Kali en Cerro del Marqués, en la ciudad de Puebla, en 2017.

      A través del nuevo Kali que se edificará frente a la presidencia auxiliar de Santa Cruz Cuautomatitla, el primero fuera de la capital poblana, la BUAP tendrá una presencia permanente en beneficio de los pobladores, dijo el Rector, quien con ello garantizó el retorno de los estudiantes alfabetizadores a esa comunidad que los acogió durante siete semanas para “aprender enseñando”.

      Esparza Ortiz recordó que la Campaña de Alfabetización 2019 atendió a 23 poblaciones de los municipios de Honey, Zacatlán, Tochimilco y Pahuatlán: 243 personas aprendieron a leer y escribir y 189 más participaron de otras actividades como los cursos de regularización escolar, con la participación de casi 100 estudiantes de preparatoria, en su mayoría, pero también algunos de licenciatura.

    Y es que en este año, por primera ocasión, el Programa de Alfabetización multiplicó sus beneficios con la labor simultánea de las brigadas de trabajo comunitario. En total, informó el Rector de la BUAP, se impartieron 357 talleres, en beneficio de 4 mil 131 personas.

   Por ello, externó su reconocimiento y gratitud a los estudiantes y a la maestra Mirta Figueroa Fernández, directora del Centro Universitario de Participación Social (CUPS) de la BUAP, “por su incansable entusiasmo para conducir estos esfuerzos”.

     En medio de expresiones emotivas, lo mismo el júbilo que las lágrimas, dio a conocer que en los últimos 13  años, el CUPS ha alfabetizado a 6 mil 662  personas y más de 10 mil se han beneficiado con los conocimiento impartidos en talleres de lectura, divulgación de la ciencia, arte y cocina, en los cuales han participado mujeres y hombres de todas las edades.

    “Mi gratitud a los alfabetizadores por su gran valía y corazón. Gracias a ellos muchos adultos pueden acceder al conocimiento. Han cambiado la vida de muchas personas, pues con su labor generan nuevos horizontes”, afirmó el Rector Alfonso Esparza, quien se comprometió a seguir impulsando la vocación social de la Universidad, con programas que la BUAP pone al servicio de las poblaciones más vulnerables.

       En ese poblado, subrayó el interés de la Institución en la formación integral y humanista de los estudiantes y su compromiso con la calidad académica, para que sus egresados sean profesionistas con ética y conciencia de ser beneficiarios de la educación pública.

    Ante la mirada oculta del volcán Popocatépetl, en una mañana nublada y de vientos ligeros, en mantas y cartulinas colocadas en la escuela primaria quedó constancia del paso de los alfabetizadores: “No mentir / no copiar / no empujar / no hacer desorden / dejar la basura en su lugar / no pelear / respetar entre nosotros…Así también, huellas, manos, nombres y más nombres con el trazo titubeante de sus escribientes, quienes en comunión con los alfabetizadores emprendieron la aventura de compartir experiencias, saberes y sentires.

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