El transporte

Héctor A. Gil Müller

El transporte ha sido una herramienta asociada a la madurez social. El uso equilibrado y eficiente del transporte ha estado relacionado con la capacidad de autogobierno de una sociedad. La cultura de la legalidad, instrumento de gobernanza entre los pueblos y expresión del compromiso social por mantenerse unidos, se ejemplifica siempre con una acción de tránsito; cruzar una luz roja cuando nadie me ve es el mejor ejemplo de cumplir o no la ley aún y cuando no se percibe cerca el sancionador.

Sin embargo el transporte también ha sido escenario de distinciones, problemas y molestias de las grandes urbes. Las ciudades que parecen abrazar el desarrollo son aquellas que mueven eficientemente su transporte. Ha sido cruel, quienes luchan por su propio transporte y al alcanzarlo sepan que ya no caben. La cultura del esfuerzo tiene al carro como una evidencia del éxito, ojalá algún día sepamos que las mejores cosas no son cosas. Siendo el transporte una expresión de movimiento económico, no es de extrañarse que aumentando el mercado laboral y elevando el tejido económico mas vehículos se muevan.

Vivo en una ciudad que sufre, de manera novedosa, los problemas del congestionamiento vial. El tráfico parece cimbrar el tejido y amenaza con cambiar nuestros usos y costumbres. Hace apenas pocos años, 20 minutos de trayecto era llegar a algo muy lejano, hoy resulta la condena de ser algo muy cercano. Ahora parece que los traslados cada vez son mas lentos a pesar de tener vehículos más rápidos y potentes. La gran avalancha de carros, expresión nítida de lo que nos han enseñado a llamar desarrollo, inunda las serpientes de asfalto recordando que los tiempos sí han cambiado en sus exigencias. Las antiguas calles que paseaban los transeuntes hoy sufren de contingentes que están perdiendo o invirtiendo tiempo sobre el volante.

Saltillo, capital de Coahuila, en 10 años ha duplicado los vehículos registrados, pasando de 250 mil a 480 mil unidades. El transporte urbano, al menos en las rutas definidas, ha decrecido de 380 mil pasajes diariamente a 90 mil actualmente. Esa presión sobre el asfalto coincide con los números nacionales. México, solamente en el mes de octubre, vendió internamente 122,051 unidades automotrices. Desde enero a octubre del 2024 suman un total 1,201,464 vehículos ligeros según datos del INEGI.

Aunque México tiene una vocación productiva automotriz, exportamos más de los que consumimos internamente, de enero a la fecha se han producido 3,412,955 vehículos y se han exportado 2,923,823 unidades.

La revolución a la que se enfrenta el poder también aplica a los caballos de fuerza, y así como los poderosos enfrentan mas opciones que rompen un absolutismo, el acceso a vehículos y cada vez mas opciones para adquirirlos, está cambiando el número de vehículos por casa.

Si la madurez se define como la capacidad de postergar beneficios inmediatos por beneficios mediatos y mayores, conducir un vehículo exige esa madurez, saber discernir y disminuir la urgencia y la premura para acrecentar la seguridad de los otros y los propios, saber postergar el lucimiento y rimbombante exhibición de un vehículo, por la cortesía y respeto, cuando eso deja de ser un hábito raro de algunos para ser una costumbre en todos hemos madurado como sociedad.

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