Héctor A. Gil Müller
El 12 de febrero de 1959 en la presidencia de Adolfo López Mateos y siendo Jaime Torres Bodet Secretario de Educación Pública se creó la comisión nacional de libros de texto gratuitos (CONALIGET) el objetivo, según su dictamen de creación, dice: “Cuidar que los libros cuya edición se les confía tiendan a desarrollar armónicamente las facultades de los educandos, a prepararlos para la vida práctica, fomentar en ellos la conciencia de la solidaridad humana, a orientarlos hacia las virtudes cívicas y, muy principalmente, a inculcarles el amor a la patria, alimentado con el conocimiento cabal de los grandes hechos históricos que han dado fundamento a la evolución democrática de nuestro país”.
Sin embargo, su encomienda solo se reduce a un plano editorial, pues los contenidos provienen de la Dirección General de Materiales Educativos que depende de la Subsecretaria de Educación Básica de la SEP. Los libros 2023-2024, más de 115 millones, emitidos por el Gobierno Federal para los niveles de preescolar, primaria, secundaria y para docentes, han llamado la atención de todos los sectores, han tenido críticas y paradójicamente han logrado, lo que ningún otro sistema había hecho, que todo el país se vuelva a los libros y los estudie. Los libros corresponden al nuevo modelo denominado “La nueva escuela mexicana”
A la par de criticas reales y soportadas en los materiales, han surgido innumerables exageraciones a todas luces falsas de los contenidos de los libros, ese tipo de campaña parece distorsionar la queja real y advertir, erradamente que toda la critica esta soportada en la mentira. Que peligrosa la exageración pues nos hace suponer que el resto es falacia. Los libros buscan provocar cambios trascendentales, cuyos resultados se verán dentro de varios años. Y no todos esos cambios son de provecho.
Los libros son auxiliares de la educación y su contenido no determina el acontecimiento educativo, pero si lo predispone en un escenario como el nacional, en el que en muchos casos solo se tiene ese recurso didáctico a disposición. El modelo de Nueva Escuela Mexicana se incorporó a la Ley y se iniciara en este próximo ciclo escolar, sobre él pesa la dolencia de haber eliminado la reforma educativa
En el documento explicativo del nuevo modelo, queda asentado que uno de los principales problemas es que hemos dado a la escuela la tarea de acumular de conocimientos como medio para la mejora de la condición económica, pero entonces ¿cómo le hacemos? Si alejamos a la escuela del trabajo, ¿qué nuevos parámetros o discurso se tendrá para la preparación? También resulta irresponsable asumir que formamos para el desarrollo económico y no generar las competencias necesarias. Si bien la escuela por primera vez ha perdido el monopolio para la formación para el trabajo; hoy compite la propia empresa, las redes, y otros formadores, no esta exenta de su papel preponderante para el trabajo. No podemos depositar el éxito de un modelo educativo solamente en los libros y menos trabajarlos parcialmente. Aunque no toda la oposición esta siendo objetiva, si hay elementos por mejorar de los libros.
Como dice la canción: caminito de la escuela, apurándose a llegar… no llevarán ahora sus libros bajo el brazo y la capacidad para solucionar la discusión necesitará algo más que todo el reino animal. Cri-Cri usa en su poema: Pataleando hasta el final, Porque en los libros siempre se aprende, como vivir mejor… teníamos señales, ¿no cree?