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El ministro Paulo Pimenta, titular de la Secretaría de Comunicación de la presidencia brasileña —que tiene rango de ministerio— describió el lunes (9) la invasión y depredación de la sede de los tres poderes del Estado en Brasilia, ayer, como más grave que el ataque al Capitolio de Estados Unidos, hace dos años.
“El episodio que ocurrió en Brasil es más grave que lo que ocurrió en el Capitolio. Lo que hubo allí fue un intento de invadir la sede del Poder Legislativo. Aquí, estamos presenciando la invasión de las sedes de los tres poderes”, declaró.
En una demostración de estabilidad democrática, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decidió trabajar hoy desde el palacio presidencial de Planalto, dijo Pimenta, quien explicó que la destrucción de las habitaciones de los edificios de los tres poderes no alcanzó a la oficina de Lula, que tiene la puerta blindada. Según Pimenta, se espera que la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber, cuyo despacho tampoco se vio afectado, haga lo mismo que Lula.
Facilitación
El ministro declaró hoy a periodistas que nada de lo se vió ayer en Brasilia podría haber ocurrido “sin algún nivel de facilitación”. Según explicó, “la puerta principal no estaba rota, así que la gente entró por la puerta. En el edificio del Congreso, la puerta tampoco estaba dañada. En el Tribunal Supremo, se puede ver que la puerta estaba destrozada, por lo que creo que las investigaciones indicarán que entraron aquí [el palacio presidencial de Planalto] y en el Congreso Nacional por la puerta principal”.
Fue un intento frustrado de golpe de Estado, afirmó. “En nuestra opinión, lo que ocurrió aquí no fue un acto contra el Poder Ejecutivo. Fue un atentado contra la democracia, contra la Constitución. Fue un intento de golpe de Estado, que no se materializó”.
Al hacer un recuento actualizado de los actos terroristas protagonizados el domingo por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, Paulo Pimenta señaló que en las habitaciones del palacio se encontró sangre, heces y orina, y se destruyeron obras de arte.
“Los espectadores dijeron que los i invasores parecían fuera de sí por el odio, como una horda de zombis. Corrían por los pasillos, destrozaban cosas, orinaban, defecaban en los pasillos y en las habitaciones en una carrera de destrucción”, dijo.
Pimenta dijo además que los implicados deben responder inmediatamente de sus atos, civil y penalmente. Aseguró que habrá un proceso para identificar todos los que apoyaron, financiaron y participaron en los actos en Brasilia y otros estados. “No toleraremos ningún acto dirigido a debilitar la democracia y la Constitución”.
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