Universitat Oberta de Catalunya
33% de los profesionales de la salud entrevistados en el estudio afirma desconocimiento o no intención de uso de ningún sistema nacional o internacional de telemedicina.
Al menos un 35% de los profesionales de la salud han iniciado el uso de telemedicina nacional durante el último año.
Alrededor del 82,6% de los profesionales sanitarios en América Latina no han utilizado ningún sistema de telemedicina internacional, así lo indica un reciente estudio realizado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el que se preguntó a más de 1.440 profesionales de la salud de 19 países de América Latina y el Caribe; y alrededor de 30 expertos en el ámbito de la telemedicina entrevistados.
“A partir del estudio, se puede evidenciar que hay países como Chile, Perú y Uruguay, en donde la penetración o el uso de la telemedicina ha aumentado a raíz de la implicación de los gobiernos en materia de regulaciones en el sector público de la salud, siendo Uruguay el país con el sistema de salud con mayor porcentaje de uso de la telemedicina internacional; por otro lado, en países como Bolivia y Perú, a pesar de que no hacen un uso intensivo de la telemedicina internacional, si hay una clara vocación para utilizarla; y finalmente, hay países, como es el caso de México, Argentina y Ecuador, que están en una fase menos avanzada en términos de uso y preparación de la telemedicina internacional” explica Francesc Saigí Rubió, Director del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en eHealth, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud y colaborador de eHealth Center (eHC) de la UOC.
No cabe duda que a partir de la pandemia, la telemedicina se ha presentado como una opción práctica para reducir la brecha de salud y enfrentar los problemas relacionados con la equidad en salud, pues, para el investigador de la UOC, “el principal factor que impulsa el uso de la telemedicina es la necesidad”, y así se puede evidenciar en la investigación, pues, al menos el 35% de los encuestados en el estudio afirmó haber iniciado prácticas de telemedicina nacional durante el último año. “Y en América latina, está necesidad viene agravada por la gran extensión del territorio, la centralización de los principales centros asistenciales en las grandes ciudades, la falta de especialistas, el acceso a la tecnología, etcétera” explica Saigí.
Sin embargo, el desarrollo o implementación de la telemedicina internacional en América Latina es un proceso complejo que implica múltiples actores, más allá de los profesionales sanitarios. Es por esto que, con el fin de trazar algunas recomendaciones estratégicas y de política pública que impulsen la adopción de la telemedicina internacional en la región, los investigadores estudiaron las principales cuestiones relacionadas con el desarrollo de la telemedicina y los problemas de salud susceptibles de ser abordados mediante esta modalidad de atención en América Latina.
Durante el estudio no sólo se consideraron las barreras tecnológicas, sino también, aspectos jurídicos, clínicos, institucionales, sociales, culturales, de financiación, sostenibilidad, de gobernanza y liderazgo, arrojando cuatro conclusiones principales:
– La viabilidad de la telemedicina internacional está condicionada por el uso de la telemedicina nacional. De aquí la importancia de realizar estudios previos a la utilización de la telemedicina y tratar de revelar qué predictores, y cómo, están influenciando en la implementación de servicios de telemedicina en los distintos países de la región.
– La importancia de la gobernanza en la implementación de servicios de telemedicina internacional. El estudio remarca la importancia de las políticas públicas, sólidas y sostenibles, para innovar, fomentar y establecer proyectos de transformación digital de la salud, involucrando a los distintos actores institucionales y tratar las principales barreras que hoy existen en el ámbito político, legal, organizacional, social, cultural, tecnológico y económico.
– La necesidad de un foro internacional en el que se plantee y trabaje la telemedicina internacional a partir de las principales políticas públicas de telemedicina y regulaciones vigentes en cada país.
– La importancia de la universidad en el fomento de la innovación a través de la investigación académica y mediante la investigación aplicada; y por otro lado, en el desarrollo de programas de formación específica de las competencias necesarias para la normalización definitiva de la telemedicina.
Para Saigí, es momento de aprovechar el impulso que nos brinda la crisis actual para implementar algunas de las soluciones propuestas. No obstante, implementar la telemedicina a nivel internacional conlleva enfrentar una serie de retos, “y el principal reto será el de establecer un consenso entre las distintas políticas de los distintos países de la región”, y añade “para esto, será necesario contar con una agencia supranacional de telemedicina en América Latina que se encargue de establecer este diálogo entre las distintas partes políticas y profesionales sobre cómo debe establecerse la telemedicina internacional”.