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Durante el año atenderán a 3 mil personas de siete municipios con programas de apoyo desde un enfoque multidisciplinario
Para impulsar el aprendizaje durante el servicio y reintegrar valores como cooperación, respeto, dignidad, empatía y solidaridad en proyectos que mejoren la calidad de vida en comunidades rurales, arrancó sus actividades del año el programa Extensionistas Universitarios de la BUAP.

Adscritos a la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (DITCo), desde su creación, en 2014, se han consolidado como un programa de voluntariado exitoso que replica el modelo 4S, una metodología adaptada de universidades públicas en Estados Unidos que atienden comunidades vulnerables, a través del fortalecimiento de competencias y habilidades.

Para este año, los Extensionistas Universitarios inician con 90 estudiantes, aunque el número se incrementará por los esquemas de servicio social, prácticas profesionales y voluntarios, hasta llegar a 250 alumnos que organizados en bloques brindarán servicios a una población externa de 3 mil personas, en siete municipios del estado, además de la capital y juntas auxiliares.

De esta forma, el programa integra el conocimiento de estudiantes de Actuaría, Gastronomía, Cultura Física, Criminalística, Psicología, Economía, Ingeniería Industrial, Ingeniería Civil, Arquitectura, Administración de Empresas Turísticas, Administración de Pymes, Contaduría, Lenguas Extranjeras y Diseño, entre otras áreas.

Conocimiento transferido

Para organizar el esquema de trabajo, la coordinación del programa realiza visitas de campo para identificar las necesidades en comunidades con altos índices de pobreza y marginación. Posteriormente establece medidas y protocolos de seguridad para los alumnos, además de las estrategias de acción con las que estudiantes ponen de manifiesto su creatividad y conocimiento, a fin de generar soluciones en favor de las comunidades.

La coordinadora del programa, Verónica Gómez Galeana, informó que a través del programa Pequeño Amigo se atienden a menores de 8 a 13 años, para que desarrollen habilidades en el idioma inglés y ciencias exactas, además de impulsar las competencias STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics).

“También se apoya al sector juvenil, principalmente aquellos que se encuentran en situación de riesgo. Esto se logra con el programa Jóvenes por Jóvenes”, añadió Verónica Gómez.

Otra área con resultados concretos es en emprendimiento, que dividen en: economía solidaria, emprendimiento de desarrollo juvenil e impulso a mujeres, para que a partir de su contexto consoliden una propuesta de negocio.

“La intención final es que el conocimiento adquirido en las aulas lo transfieran directamente en campo. Queremos que nuestros estudiantes desarrollen, como futuros profesionistas, un liderazgo que beneficie y se comprometa con los sectores más desfavorecidos de la población”, concluyó Gómez Galeana.