Mundo Rural
Hipólito Contreras
Es probable que hace un siglo, allá por 1920, el río Atoyac, Alseseca, San Francisco y otros afluentes, estaban aun limpios, aunque ya con algunas descargas de aguas residuales de la ciudad de Puebla que quizás tenía ya unos cien mil habitantes, sin embargo, aún eran ríos limpios, atractivos, llenos de vegetación, de peces, de vida.
Hoy cien años después con aproximadamente cuatro millones de habitantes de Puebla y la zona metropolitana, el río Atoyac y los demás ríos, están muertos, convertidos en un foco de contaminación muy grave, son ríos que ya no llevan agua sino veneno, productos químicos que vierten las empresas, quien se meta a esas aguas se muere o por lo menos pesca una grave enfermedad.
En cien años la sociedad poblana y sus gobiernos no sólo no han podido resolver el problema de contaminación de los ríos que cruzan la capital, sino que lo han complicado, hoy depositan más basura y aguas contaminadas, hoy usan los ríos como drenajes, ahí depositan todos sus desechos si ninguna norma, ley o reglamento.
Existen leyes, sí, reglamentos, normas, sanciones, a nivel federal y estatal, pero nadie las respeta, ni los mismos municipios, y muchos menos las empresas contaminadoras, las que pagan al gobierno para que se les permita verter sus aguas contaminadas a los ríos, entre ellos el Atoyac.
Esfuerzos para revertir el problema son muchos pero todos han fracasado, convenios de colaboración con el gobierno de Tlaxcala, colocación de plantas de tratamiento, participación de universidades, foros, estudios, asociaciones civiles, todos ha fracasado, la contaminación del Atoyac y los demás ríos sigue, y ahora con más fuerza por el crecimiento poblacional, comercial e industrial.
Los poblanos y sus gobiernos no pueden y no quieren resolver un problema que crearon, hacen como que no ven el problema y siguen su vida consumista, tiran todo a los ríos, los hospitales, rastros municipales, empresas, talleres, siguen depositando sus aguas contaminadas, saben que dañan pero lo siguen haciendo.
Todo esto refleja un bajo nivel cultural, poco amor y respeto a la vida, a la especies, los recursos, libertinaje y falta de decisiones de los gobiernos para frenar estas acciones negativas contra el medio ambiente.
Puebla presume que tiene más de 200 universidades, de que sirve tanto estudio con tanta contaminación, con casi dos millones de autos contaminadores, con todos los ríos contaminados, con tanta basura por todos lados, ¿ dónde está la cultura?
El problema del río Atoyac y los demás ríos que cruzan la capital poblana, se puede resolver si los poblanos y sus gobiernos se deciden, si desde hoy dejan de contaminar, si desde hoy cuidan su agua y sus ríos, si empiezan reforestar y rescatar su bosques.
Aunque vivimos en un capitalismo salvaje y destructor, hay herramientas tecnológicas para impedir descargar aguas contaminadas en los ríos, si todas las aguas municipales e industriales son tratadas, si se usa tecnología avanzada, el problema se resuelve por ahora.
Aun dentro del consumismo salvaje que hay, mientras no haya otro modelo, podemos usar las tecnologías disponibles para tratar las aguas residuales, éstas ya tratadas no representan peligro alguno para los ríos, lo que podrán recuperarse gradualmente y volver a ser lo que fueron en el pasado.