Hipólito Contreras

Por el comportamiento absurdo, prepotente y grosero del diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña, nunca debió llegar a la Cámara de Diputados, es tan vulgar e irrespetuoso donde se pare. Este es el personaje que está en primer lugar a la hora de levantar el dedo para que lo apunten entre los diputados que quieren reelegirse en el Congreso de la Unión, afirmó Pascacio Taboada Cortina, analista.

Por supuesto, comentó, que la población mexicana rechaza el comportamiento prepotente y maleducado del diputado del Partido del Trabajo, Fernández Noroña, quien el jueves de la semana pasada, acudió como representante de la Cámara de Diputados a una sesión del Instituto Nacional Electoral.

De pronto empezó a hablar, sin el respectivo cubreboca, mismo que se instituyó usarlo obligatoriamente por el personal y consejeros, invitados especiales y generales. Fue un acuerdo del Consejo Directivo del INE portarlo en las sesiones formales y convencionales.

De inmediato el presidente del Instituto, Lorenzo Córdova Vianello, lo interrumpió para aclararle su falta y explicarle la normatividad en esa materia, dentro de todas las instalaciones y Sala Principal del INE, a lo que el susodicho diputado respondió que en el recinto legislativo se permite que los oradores no tengan la necesidad de usar el cubreboca.

Con todo comedimiento, Córdova Vianello fue explícito y señaló que en cualquier institución de gobierno fuera del INE, se podría comportar de cualquier forma, menos dentro de esa institución que, por acuerdo de su Consejo General, todos los asistentes deberían portar el instrumento.

Fernández Noroña, haciendo gala de su lenguaje agresivo y prepotente de sus viejos tiempos de supuesto dirigente de la Asamblea Ciudadana en Defensa de los Deudores de la Banca, dice que Hugo López Gatell, subsecretarios de salud, insiste que el cubreboca es una falsa sensación de seguridad” de parte de los usuarios.

Señaló que si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de México, Andrés Manuel López Obrador, han dado invariablemente la misma lección de no utilizar cubreboca en actos públicos y privados, ¿por qué no lo haría un diputado federal mexicano?.