Hipólito Contreras
Nos preocupa la siguiente fecha crítica para evitar el semáforo rojo, el 12 de diciembre, la iglesia católica, sus autoridades, en congruencia con lo que predican deberían no permitir los festejos en las iglesias y solicitarles a los feligreses que su devoción la realicen en sus casas, la Virgen, gracias a Dios, va a estar para siempre, los ciudadanos no, afirmó Francisco Lobato Galindo, presidente de la Red Mexicana de Franquicias.
En esa orden de prioridades, dependemos de la fe de la gente, pero tiene que evitarse a toda costa, también vimos este fin de semana lo que ocurrió con las festividades de San Judas Tadeo donde no hubo autoridad ni forma de contener las aglomeraciones de personas, pese a que San Judas Tadeo no tiene la misma atracción que la Virgen de Guadalupe.
Esto, advirtió, es un barril de pólvora, si la policía trata de meter al orden a la gente el 12 de diciembre, podría llevar a enfrentamientos violentos y eso no lo queremos ver en Puebla, es momento que la Secretaría de Gobernación con la autoridad moral y legal que tiene, pueda reunirse con las autoridades eclesiásticas para acordar la suspensión de las actividades de la iglesia, que los feligreses sigan su devoción desde sus hogares
Comentó que los poblanos dieron un mal ejemplo durante el fin de semana de muertos por la gran cantidad de fiestas clandestinas, aglomeraciones en las calles del Centro Histórico, en general nos dimos cuenta de que de cada persona que trae el cubrebocas puesto el 80 por ciento lo trae mal puesto.
Indicó que un cubrebocas mal puesto no protege a nadie, esto es un claro desacato del pacto comunitario, insistimos en la necesidad que existan operativos de la policía y protección civil en las calles, educando y amonestando quienes no lo porten correctamente
La gente en Puebla se ha vuelto simuladora en el uso del cubrebocas, comentó, nos hemos convertidos en una suerte de simuladores, cuando van a entrar un negocio cuando se lo piden ya se lo colocan correctamente, cuando salen de hacer sus compras o del servicio y se lo vuelven a bajar, esto preocupa porque lo vemos en los paraderos de transporte público, en las calles, los mercados, que se han vuelto cantinas ante las restricciones que tiene protección civil en los restaurantes, comentó.