MILENIO

Este año fue difícil para el Festival de Cannes, pues la pandemia de coronavirus primero obligó a sus organizadores a aplazar el evento fechado para el mes de mayo. Posteriormente, ante el mandato no llevar a cabo eventos masivos en Francia, el encuentro cinematográfico tuvo que prescindir de películas, celebridades y funciones para llevar a cabo una edición simbólica que comenzó este martes y concluye el jueves.

Este pequeña celebración, que puede verse como una reivindicación de que el cine resiste a la crisis, proyectará cuatro de los 56 filmes que integraron su selección oficial. La cinta Un triomphe, del francés Emmanuel Courcol, con Kad Merad como protagonista, será la encargada de inaugurar el Festival.

El festival también pre estrenará Les Deux Alfred, de Bruno Podalydès; True Mothers, de Naomi Kawase, que participó en el último Festival de San Sebastián, y la gran triunfadora en ese certamen español, Beginning, de Dea Kulumbegashvili.

Abierto al público
El gran público sustituirá en esta ocasión a los periodistas y críticos acreditados, ya que estas sesiones, en las que será obligatorio el uso de mascarilla y respetar una distancia de seguridad, están abiertas para todo aquel que haya hecho una reserva previa, por internet y gratuita.

La única Palma de Oro que se concederá será la dirigida al mejor cortometraje, una distinción a la que concurren once proyectos y que estará en manos de un jurado presidido por la directora gala Claire Burger.

Junto a esos cortos se proyectarán y recibirán un premio los 17 filmes seleccionados por la Cinefundación, apartado dedicado a los proyectos surgidos de escuelas cinematográficas, que incluyen el argentino Muralla china, de Santiago Barzi, o el francés Cuando nos vamos, de Mitchelle Tamariz, sobre un viaje por el desierto mexicano.

El presidente del festival, Pierre Lescure, señaló en septiembre que esta celebración especial es una manera de estar presente junto a la población de Cannes y a los profesionales del sector con los que trabajan cada año “mano a mano”.

Su delegado general, Thierry Frémaux, había asegurado además en una entrevista que era importante que, pese a los cambios, el certamen no desapareciera.

“Los artistas y los profesionales deseaban que Cannes siguiera apoyándolos. Lo obvio hubiera sido anular, pero no nos veíamos abandonando a quienes contaban con nosotros. Los símbolos mágicos que hacen la leyenda, el glamour, los autores, la escalinata y la Palma de Oro también crean deberes”, señaló.
Frémaux no se cansa de repetir que el cine “no está muerto” aunque la situación sea “frágil” y defiende como un acto “muy importante de coraje en medio de tanta incertidumbre” que algunos productores, autores y distribuidores sigan apostando por exhibir sus cintas en las salas.

Sello de Cannes
Entre las que se espera que lleguen a los cines con el sello de Cannes figuran El olvido que seremos, del cineasta español Fernando Trueba, The French Dispatch, de Wes Anderson, o Falling, el debut como director del actor Viggo Mortensen.

Cannes respaldó en esta 73 edición truncada a 15 primeras películas, frente a las 10 de 2019; dio su visto bueno a 21 filmes franceses, ocho más que el año anterior, y elevó a 16 el número de cintas firmadas por mujeres, lo que supuso un aumento interanual de dos que hizo que representen el 28,5 por ciento del total.

Aunque solo cuatro de la selección oficial desembarcan estos días en la Croisette, su andadura internacional ha proseguido en algunos casos por festivales como el de San Sebastián, el Lumière de Lyon o el de Busan (Corea del Sur).

De haberse celebrado, hubiera decidido su suerte el cineasta estadounidense Spike Lee como presidente del jurado. Su presencia es una de las posibles certezas de 2021: el Gran Premio del Jurado de 2018 por BlacKkKlansman ha avanzado ya que, si el certamen le quiere, puede volver a contar con él.