Staff/Rossi
De conocer el grado de riesgo cardiovascular de manera oportuna y hacer cambios en el estilo de vida, 90% de los infartos al corazón o al cerebro podrían evitarse.
Se estima que poco más del 70% de la población adulta en México vive con, al menos, un factor de riesgo cardiovascular; sin embargo, la gran mayoría no lo sabe.
Ciudad de México, a 30 de julio de 2020.- A nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares (ECV) ocupan el primer lugar de mortalidad en población general, lo que representa cerca de 17.7 millones de fallecimientos por año (31% de todas las defunciones registradas). Sin embargo, 8 de cada 10 de estos eventos, que incluyen infarto agudo al miocardio y embolia cerebral, entre otros, se relacionan con factores de riesgo que pudieron ser prevenibles, modificables o tratables como tabaquismo, obesidad, hipertensión arterial y niveles elevados de colesterol (dislipidemia) o de azúcar en la sangre.
Por ello, el Dr. Luis Alcocer Díaz Barreiro, Director General del Instituto Mexicano de Salud Cardiovascular, indicó la importancia de que la gente conozca su riesgo cardiovascular, lo que no solo le permitirá hacer cambios en su estilo de vida, sino también asesorarse con un profesional de la salud para obtener un tratamiento de acuerdo a sus necesidades. “Las enfermedades no transmisibles (ENT), como las cardiovasculares, han sido catalogadas desde el 2010 como una de las mayores amenazas para la salud pública[5] y, hoy, debido a la pandemia causada por el nuevo coronavirus, es aún más urgente diagnosticarlas a tiempo para evitar su progresión y atenderlas de forma adecuada en quienes ya las padecen”.
Explicó que la infección por cualquier virus, incluyendo el SARS CoV-2, que provoca el COVID-19, impacta de manera directa en las ECV, por lo que las personas que viven con padecimientos como diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca o dislipidemias son más vulnerables y tienen mayor riesgo de complicaciones asociadas. También, se sabe que el COVID-19 puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardiaco. Por eso, “si un paciente presenta una ECV previa, el corazón empeorará su funcionamiento y el pronóstico de recuperación será limitado”.
Se estima que en México cerca del 70.3% de la población adulta vive con al menos un factor de riesgo cardiovascular[8]; sin embargo, un alto porcentaje no está consciente o desconoce dicha situación. Por ejemplo, de 25 millones de personas que tienen hipertensión arterial solo la mitad lo sabe[9], mientras que de los casi 13 millones de mexicanos que viven con DM2[10] más del 30% se encuentra sin diagnóstico[11], por lo que es importante generar conciencia sobre la importancia de promover el autocuidado, vigilar el apego al tratamiento y mantener un estilo de vida saludable.
El Dr. Alcocer explicó que el riesgo cardiovascular se refiere a la probabilidad de que un individuo sufra un evento cardiaco, como infarto al corazón o al cerebro, dentro de un periodo determinado, dependiendo de sus características biológicas (sexo, edad, antecedentes familiares) y factores de riesgo (sedentarismo, consumo de alcohol, tabaco, sobrepeso, aumento en colesterol, hipertensión). La determinación de este parámetro constituye un elemento clave para modificar conductas, pues está demostrado que el 90% de los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse.
“La forma más adecuada de determinar el riesgo cardiovascular es a través de la historia clínica y de herramientas de diagnóstico que proporcionen un indicador a mediano y largo plazo. Hoy, cuando la mayoría del país está transitando hacia la ´nueva normalidad´ y la gente a sus centros de trabajo, es un excelente momento para que tomen acción y consulten a su médico si su corazón puede estar está o no en riesgo”.
Por su parte, la Dra. María Luisa Almeida, Gerente del portafolio Cardiovascular de Upjohn México, comentó que, con el fin de ayudar a las empresas a proteger la salud cardiovascular de sus colaboradores, Upjohn México, junto con otras organizaciones como la Asociación Nacional de Cardiólogos de México y la Sociedad de Cardiología Intervencionista de México, implementaron a principios de este año la campaña de responsabilidad social “Por tu Corazón” que, a través de la instalación de quioscos digitales con tecnología mexicana, se puede valorar el estado actual del corazón de la fuerza laboral y llevar a cabo decisiones terapéuticas oportunas para prevenir complicaciones.
Finalmente, el Dr. Alcocer hizo hincapié en que para tener una prevención completa que garantice una mejor salud ante la actual pandemia es necesario seguir las medidas indicadas por la Secretaría de Salud, así como:
Realizar ejercicio físico de forma frecuente, ya que es una de las mejores herramientas para evitar el sedentarismo, principal causante del 30% de las cardiopatías isquémicas.
Vigilar y controlar los niveles de colesterol. Para ello, es necesario tener una dieta balanceada que incluya diariamente el consumo de frutas y verduras.
Vigilar el peso y perímetro abdominal. La grasa concentrada en el abdomen favorece el desarrollo de DM2 y, con ello, complicaciones cardiovasculares. Además, quienes viven con obesidad tienen altas posibilidades de acumular grasa también en órganos vitales. Lo ideal es que el perímetro abdominal no supere los 80 centímetros en la mujer y los 90 en el hombre.
Presión arterial. Evitar en lo posible la sal y los alimentos que la contienen en exceso, restringir el consumo de grasas saturadas y grasas trans, así como practicar ejercicio aeróbico.
Restringir el consumo de tabaco y alcohol.
Tener un adecuado apego al tratamiento. Para quienes ya presentan un factor de riesgo cardiovascular, como la DM2 o hipertensión arterial, tomar en tiempo y forma los medicamentos indicados por su médico, evitar la automedicación y no modificar el tratamiento, es vital para controlar su enfermedad y mejorar tanto su salud como su calidad de vida.