Staff/Rossi
- Aquilino Florencio dijo que, sin embargo, ahora se debe conocer quiénes fueron los autores intelectuales y materiales, y acceder a la verdad y a la justicia
La identificación genética de los restos de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, es una lamentable noticia para quienes han acompañado la lucha de las madres y padres de familia, así como de los alumnos y exalumnos de Ayotzinapa, consideró Aquilino Florencio Mejía, egresado de esta normal.
Pero la identificación es también “una luz de esperanza”, porque la Fiscalía General de la República y la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa están dando resultados y están en una dirección más apegada a la verdad, agregó Aquilino, actualmente alumno de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
No obstante, para Florencio Mejía, quien cuando ocurrieron los hechos de la noche de Iguala (26 y 27 de septiembre de 2014) era estudiante de cuarto año en Ayotzinapa, el asunto no debe quedar en la identificación de los restos, sino que se debe conocer quiénes fueron los autores intelectuales y materiales, acceder a la verdad y a la justicia, y que haya garantías de no repetición y la debida reparación del daño a los familiares de las víctimas, que llevan ya casi seis años buscando a sus desaparecidos.
Pese a lo triste de la noticia, Aquilino cree que la familia de Christian Alfonso podría sentir un poco de alivio, porque aunque “suena muy feo”, al menos ya saben en dónde encontraron sus restos y en dónde están. El haber sido identificados científicamente (en el Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck, el 19 de junio) también arroja algo de información, pero habría que investigar más para saber quiénes cometieron el hecho y “por qué actuaron con tanta saña”.
Aunque el fiscal especial para el caso Iguala mencionó que otros restos fueron hallados, Aquilino comentó que probablemente sean de los estudiantes de Ayotzinapa, más por el momento hay mucha incertidumbre y confusión; sin embargo, “me parece correcto que estén dándole acompañamiento a los familiares y que primero se les está informando a ellos sobre todo este caso, de cómo va, y que primero se les avise a las familias, antes de dar una noticia”.
Y es que el estudiante de la IBERO no cree que, si se tienen más restos, sean únicamente de los 43, ya que en Guerrero y en México hay miles de desaparecidos y desaparecidas, y no hay que descartar que sean de otras personas, de otros hechos delictivos que se hayan cometido, sobre todo en Iguala.
Sobre la familia de Christian Alfonso, Florencio Mejía dijo que él y otros tienen planeado crear una comisión para visitarla, con el fin de “acompañarlos, sobre todo en este momento difícil, tanto para ellos como para nosotros”. No obstante, antes quieren consultar con el padre de Rodríguez Telumbre, Clemente Rodríguez, qué respuesta les da.
“Nosotros únicamente queremos acompañarlos, porque los conocemos, nos conocemos, nos conocimos, nos hicimos amigos, nos hicimos familia, y eso es lo que más nos está pegando ahorita”.
Y en torno a si con este nuevo paso que se dio cabe la posibilidad de llegar a la auténtica verdad sobre el caso Ayotzinapa, de dar con los responsables y encontrar a los desaparecidos o a sus restos, Aquilino espera que no se fabrique otra ‘verdad histórica’, “eso es lo que esperamos nosotros, y creo que el mundo entero y México piensa eso, que no se fabrique otra verdad histórica, que no sea otra verdad a medias”.
No sabíamos que caminábamos con el enemigo: Clemente Rodríguez
Cabe mencionar que en enero de 2017, durante la presentación en la IBERO del libro ‘El tiempo de Ayotzinapa’ (escrito por Carlos Beristain, exmiembro del GIEI), Clemente Rodríguez mencionó: “Cuando íbamos a las búsquedas en Iguala, incluso con la Gendarmería, cuando íbamos a las cuevas, no sabíamos que andábamos caminando con el enemigo”.
Recordó que al principio de las búsquedas se acercaron al gobierno y les dieron “un poquito de confianza” a la Gendarmería y a la Procuraduría General de la República (PGR), pero “ellos ya sabían lo que estaba pasando… fueron construyendo una ‘verdad histórica’, como dijo Murillo Karam, (quien) decía que (a) los 43 normalistas los habían quemado”.
Pese al dolor, los padres de los normalistas depositaron también su confianza en los peritos argentinos del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), quienes “le fueron derrumbando su ‘verdad histórica’ al gobierno. Fueron armando ellos este rompecabezas que al gobierno de algún modo le fue incomodando”.
Estas notas te pueden interesar
-
UNAM, la mejor de Latinoamérica y top mundial en ciencias
-
La Rectora Lilia Cedillo Ramírez enciende el tradicional Árbol de Navidad en el CCU
-
¿Cómo y con qué se come el populismo?
-
Inaugura la Rectora Lilia Cedillo ampliación del gimnasio BUAP para halterofilia
-
Mejora BUAP la movilidad y atención médica de los universitarios