Hipólito Contreras
Mundo Rural
La economía de un país está basada en la producción, en la población económicamente activa y en el consumo, en el poder de compra de la población, sin esto no hay economía.
Si ese proceso se frena por alguna causa se vienen muchos problemas de leves a complicados, dependiendo el tiempo que duren las acciones que generan ese desajuste económico, entre más tiempo dure, más daño se causa.
Hoy en plena contingencia por el COVID-19, apenas llevamos casi un mes y ya se habla de daños económicos fuertes, las empresas se empiezan a paralizar, en Puebla ya hay cientos o quizás miles de trabajadores que han sido enviados a sus casas aun con goce de sueldo, pero esto apenas empieza, la parte oficial y sanitaria aseguran que será hasta finales de junio cuando el peligro mayor haya pasado y se empiece a ver que todo va retornando a la normalidad.
Hay que tomar cuenta que tanto en Puebla como en el país en promedio el 70 por ciento de los empleos los generan las micro, pequeñas y medianas empresas, su capital es limitado, y como dijeron los comerciantes del Centro Histórico, su capacidad de pago no va más allá de las cuatro semanas estado inactivas, sin generar recursos pero pagando sueldos.
Incluso, las grandes empresas por mucho capital que tengan, de llegar a parar actividades, no aguantarían tres meses pagado sueldos sin generar producción.
La economía se basa en la producción y el consumo, si este proceso se interrumpe viene el caos, empiezan los problema de todo tipo como el desabasto y encarecimiento de los productos, y como consecuencia la violencia, el saqueo, y la incapacidad del gobierno para frenar una situación de este tipo.
Los medios y el gobierno hacen un llamado permanente a que la gente se encierre, no salga de sus casas, y efectivamente la gente la gente sale cada vez menos, las empresas siguen lentamente enviando a sus empleados a sus casas, esto se vuelve una cadena de acciones que llevan a una parálisis económica y que puede ser de grandes proporciones.
Puebla y todo México deben demostrar madurez para enfrentar la emergencia, los medios de comunicación deben hacer lo mismo, la idea debe enfocarse a combatir el virus con las mejores medidas pero no precisamente estrangulando a la economía porque los daños podrían ser aún mayores que el mismo virus, la violencia que cause por ejemplo podría dañar a más ciudadanos que la misma pandemia.
Desde el punto de vista médico y concediendo que aún no existe una vacuna efectiva debe haber otras alternativas que ayuden al sistema inmunológico a generar una fuerte resistencia a los virus, por ejemplo consumiendo determinados productos que fortalecen las defensas, esto lo sabe muy bien el sector salud, por lo tanto debe haber un programa para apoyar a la población en ese sentido, facilitando los productos, las vitaminas, los complejos vitamínicos, etc.
Se trata que las medidas no se queden en el lavado y desinfectado de manos y en evitar el saludo, sino en fortalecer las defensas de las personas, en capacitar y enseñar las formas, en facilitar los productos, esa es labor del gobierno, obligación de los ciudadanos es aplicarla.
Debe tomarse en cuenta que los virus llegan más fácilmente a las personas indefensas desnutridas, con una mala o deficiente alimentación, a esas les pega primero, un cuerpo fuerte, con buenas defensas, es más inmune, más resistente, al menos eso creo.
El coronavirus tiene un bajo nivel de mortalidad, apenas del 2 por ciento, es manejable, y si encuentra una población fuerte físicamente menos va a entrar.
Aislar a la población, llevarla a sus casas, no es mala medida porque se le protege más pero difícil de aplicar, la gente no tiene todo lo necesario para encerrarse y no salir, qué maravilloso sería que a la gente se le dijera encierrate y no te preocupes, a tu casa llegará todo lo que necesitas, hasta tu sueldo, pero no es así.
Podría pensarse en otras estrategias, como ir rotando a los trabajadores, hoy salen unos, mañana otros, después regresan los que se fueron y así sucesivamente, de esta forma no a paran las empresas, no para la producción.
En realidad el tiempo no es tan largo, se puede soportar pero sin parar, estamos en una sociedad inteligente que sabe bien lo que debe hacer, pero de igual forma necesita un gobierno inteligente y capaz.
Los medios de comunicación deben contribuir informando, no alarmando a los ciudadanos, acérquenlos, no los alejen, no los alarmen.
Los medios también son empresas que deben continuar y no paralizarse.