El 42.4% de los emprendedores en México son jóvenes

Staff/RG

  • La Ciudad de México se posiciona como el principal impulsor de la actividad emprendedora.

Tomar la decisión de emprender e impulsar la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) son fundamentales para el desarrollo económico de un país, ya que generan empleo, impulsan la innovación y contribuyen a la diversidad del mercado. Sin embargo, este proceso no es sencillo. Los emprendedores enfrentan múltiples desafíos, desde la obtención de financiamiento y la burocracia hasta la competencia y la falta de recursos.

A pesar de estas dificultades, las Mipymes representan una oportunidad invaluable para fortalecer la economía local y fomentar el crecimiento sostenible, siendo la clave para construir un futuro próspero y dinámico. En la actualidad, no solo generan aproximadamente el 60% de los empleos en Latinoamérica, sino que también representan alrededor del 99% de todas las empresas registradas, destacando su papel fundamental en la economía regional.

Entre las distintas áreas de emprendimiento, el comercio minorista, los servicios profesionales, la tecnología y las comunicaciones son sectores que han demostrado un crecimiento notable. Por ejemplo, en México, los servicios profesionales representan el 28.92% del total de mipymes, mientras que el comercio al detalle ocupa un 23.43% y la tecnología y las comunicaciones un 10.88%, según el estudio “Latinoamérica emprende: un análisis de las Mipymes en la región 2024″, el cual fue elaborado por la firma Alegra.com.

La Ciudad de México se destaca como el principal motor de la actividad emprendedora en el país, con una participación de 35%, seguida por Puebla y Monterrey, que se han convertido en polos de atracción para emprendedores en sectores como manufactura y tecnología. Guadalajara ha consolidado su posición como un HUB tecnológico, mientras que Querétaro presenta un fuerte potencial de crecimiento, impulsado por su calidad de vida y seguridad.

Un dato relevante, de acuerdo al reporte que analizó más de 700.000 empresas registradas en siete países de la región, es que los jóvenes de entre 25 y 34 años son el sector más activo en la creación de nuevas empresas en Latinoamérica, representando un 23.4%.

En México, la población entre 18 y 34 años de edad es aún más significativa, alcanzando el 42.4% del total de emprendedores. Con estos datos, México se posiciona como sublíder en la región, superando en un 2.59% los niveles reportados en Latinoamérica. Detrás se encuentran Colombia, con un 41.8%; República Dominicana, que alcanza un 38.7%, y Costa Rica, con un 35%.

La inclusión de mujeres en el ámbito empresarial también es un aspecto destacado en el análisis. En América Latina, el 63% de las personas emprendedoras son mujeres, mientras que en México solo representan el 35.6%. Este dato pone de relieve la necesidad de implementar políticas que promuevan la equidad de género en el emprendimiento, ya que la disminución de la participación femenina en este sector en el último año fue del 10.2%.

En cuanto a la rentabilidad de las mipymes en México, el estudio revela que las microempresas, que cuentan con menos de 10 empleados, generan menos de 4 millones de pesos en ventas anuales. Las pequeñas empresas, que tienen entre 15 y 100 empleados, logran alcanzar un balance general anual de aproximadamente 100 millones de pesos. Por su parte, las medianas empresas, que cuentan con entre 100 y 250 empleados, promedian ventas anuales de 250 millones de pesos.

El primer semestre de 2024 ha sido desafiante para las mipymes, experimentando una disminución del 29.8% en ventas en comparación con el mismo periodo de 2023, las pequeñas empresas han sufrido el mayor impacto, registrando una caída del 69.9%. Sin embargo, es relevante destacar que las microempresas han logrado un crecimiento notable del 52.4% en sus ventas.

Ante esto, Víctor Moreno, Country Manager de Alegra en México, señaló: “Las posibles causas pueden incluir la volatilidad política y económica derivada de las elecciones celebradas en el primer semestre del año, lo que ha llevado a consumidores y empresas a adoptar una postura prudente en sus gastos e inversiones”.

En este sentido, hay que recordar que las microempresas en México constituyen un componente fundamental del ecosistema empresarial, representando el 57% del total, seguidas por las pequeñas empresas, que aportan un 34.7%, y las medianas, con un 8.3%. No obstante, a pesar de su prevalencia, el 32.4% de las pequeñas y medianas empresas no logran superar los dos años de operación.

Este alarmante índice de cierre se debe a diversos factores, entre los que destacan la falta de conocimiento sobre el mercado, la insuficiencia de liquidez y una gestión ineficaz, lo que subraya la necesidad de apoyar y capacitar a estos negocios para asegurar su sostenibilidad y crecimiento en el competitivo entorno económico.

 

Panorama laboral en los jóvenes

En México, se estima que 16.4 millones de jóvenes se encuentran en situaciones de exclusión, enfrentando empleos precarios o viviendo en condiciones de pobreza. De acuerdo con un estudio realizado por la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, este colectivo, conocido como “Jóvenes Oportunidad”, está determinado a reclamar sus derechos y desafiar las etiquetas discriminatorias que a menudo se les imponen.

La investigación destaca que más de la mitad de los jóvenes entre 15 y 29 años enfrenta barreras estructurales que obstaculizan su acceso al empleo, muchas de las cuales son consecuencia de desventajas acumuladas desde la infancia, especialmente por condiciones de pobreza.

Los estigmas como el término “ninis”, que se aplica a quienes no estudian ni trabajan, no solo perpetúan estereotipos dañinos, sino que también refuerzan las dificultades que conducen a la exclusión educativa y laboral. La Alianza señala que organismos internacionales como la OCDE no utilizan categorías que discriminen, lo que resalta la necesidad de adoptar un enfoque más inclusivo y comprensivo hacia estos jóvenes.

Ante este contexto, el organismo lanzó un llamado urgente a los gobiernos y al sector privado para que se implementen oportunidades que permitan a estos 16.4 millones de jóvenes superar la exclusión y alcanzar su máximo potencial. Han identificado tres segmentos dentro de los “Jóvenes Oportunidad”. El primer grupo consiste en 5.1 millones de jóvenes con rezago educativo, de los cuales 3.4 millones no están en condiciones de trabajar debido a responsabilidades de cuidado no remuneradas, siendo el 90% de estas personas mujeres.

El segundo grupo incluye a 8.2 millones de jóvenes que padecen condiciones laborales inadecuadas, con 4.9 millones sin acceso a salarios justos ni a servicios de seguridad social. Finalmente, el tercero está constituido por 2.5 millones de jóvenes que, aunque están en la escuela, viven en situación de pobreza, lo que aumenta el riesgo de deserción escolar.

A pesar de algunos avances en el panorama laboral, los datos oficiales indican que aún hay un largo camino por recorrer. Iniciativas como “Jóvenes Construyendo el Futuro” podrían tener mejores resultados si se dirigen a aquellos jóvenes que enfrentan mayores barreras para la empleabilidad, ofreciendo capacitación técnica y desarrollo de habilidades blandas. La OCDE estima que el 19.5% de los jóvenes en México están desconectados de la educación, el empleo y la formación, lo que coloca a México en el tercer lugar entre los países miembros de la OCDE en este indicador en 2022, según datos del INEGI.

A pesar de los desafíos que enfrentan, muchos jóvenes han optado por el camino del emprendimiento como respuesta a la falta de empleo. Según el estudio “Radiografía del Emprendimiento en México”, el 30% de los emprendedores indica que la necesidad de generar ingresos es la principal motivación para iniciar un negocio. Para el 61% de los jóvenes empresarios que lanzaron su negocio entre los 25 y 34 años, esta actividad se ha convertido en su principal fuente de ingresos. Sin embargo, aunque el 27.8% considera que ha encontrado una oportunidad de negocio viable, cerca de la mitad ha enfrentado el cierre de su emprendimiento.

Este panorama destaca la urgente necesidad de construir un ecosistema que no solo promueva la generación de empleos y facilite el acceso a créditos personales confiables, permitiendo que quienes lo deseen puedan emprender, sino que también asegure la sostenibilidad de estas iniciativas a lo largo del tiempo.

 

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