Universitat Oberta de Catalunya
- Investigadores de la UOC y la UAB analizan el diseño y funcionamiento de esta plataforma, que se define como el antipostureo
- La app manipula el comportamiento de las personas usuarias explotando sus procesos cognitivos y emocionales de forma automática
Una mañana cualquiera, en una clase de un ciclo de FP, la profesora discute con el alumnado las posibles soluciones a un problema planteado cuando, de repente, suena una notificación de móvil. Un estudiante saca el dispositivo de la mochila y pide detener la sesión unos instantes para tomar una foto y postearla. Esto es un ejemplo real de cómo BeReal, una aplicación francesa de redes sociales que nació en 2020, consigue traspasar la barrera de lo virtual al mundo presencial, capturar de manera efectiva la atención del usuario y afectar a lo que está ocurriendo.
Un estudio desarrollado por profesorado de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y publicado en abierto en Emotion, Space and Society ha analizado la relación de los usuarios con esta red, haciendo una comparación con otras redes como TikTok o Instagram, y qué estrategias usa para captar con éxito la atención y guiar el comportamiento de los usuarios.
Para Ana Gálvez, coautora del trabajo y profesora investigadora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, BeReal “es un ejemplo de uso exitoso de psicopoder”, un concepto, explica esta investigadora, que apela a cómo las redes sociales consiguen ejercer el control sobre nuestra atención y deseos.
“En el contexto de las redes sociales, [el psicopoder] se utiliza para manipular el comportamiento de los usuarios y explotar sus procesos cognitivos y emocionales de forma casi automática, sin permitir una reflexión crítica”, añade Francisco Tirado, profesor titular del Departamento de Psicología Social de la Universitat Autònoma de Barcelona y también coautor del estudio.
Pequeños empujones
BeReal envía una notificación al día al usuario, que tiene dos minutos para hacer una fotografía utilizando las dos cámaras del dispositivo, la frontal y la trasera, y mostrar qué está haciendo en aquel instante y cómo se siente. El planteamiento de la plataforma es que el usuario comparta su realidad para así alejarse de las imágenes preparadas e hiperelaborades de Instagram o TikTok.
También, a diferencia de estas, BeReal no está pensada para que los usuarios puedan dedicarle mucho tiempo consumiendo contenidos o escroleando, sino que solo se pueden conectar y ver qué hacen otros después de publicar la imagen que les reclama la propia plataforma.
“Este enfoque, junto con la capacidad de obtener reacciones sociales inmediatas mediante RealMojis [emoticonos hechos con fotografías reales del usuario] crea un ciclo de recompensa social que engancha a los usuarios sin requerir una inversión excesiva de tiempo”, subraya Gálvez.
El hecho de que la interacción esté limitada a solo unos minutos al día crea una sensación de urgencia y exclusividad, que, según los autores de este trabajo, es clave a la hora de captar la atención de los usuarios.
En este sentido, el recurso que usa la app son “pequeños empujones” para guiar el comportamiento de los usuarios, como la notificación diaria que invita a compartir un momento auténtico, o elementos visuales que funcionan como facilitadores de acciones que despiertan las ganas de interactuar con la plataforma.
“Estos empujones repetidos a lo largo del tiempo son lo que convierte la interacción con la aplicación en un hábito: el usuario acaba interactuando con ella, ya sea usándola directamente o dedicándole pensamientos, de manera casi inconsciente”, constata Joan Rovira, profesor del Departamento de Psicología Social de la UAB, profesor docente colaborador en el Área de Psicología de las Organizaciones de la UOC y primer autor del trabajo. Una vez formado el hábito, cuando el usuario recibe el “pequeño empujón”, la acción se sucede de forma casi automática.
El objetivo final de la app es, apunta Rovira, capturar los datos de los usuarios para venderlos con fines comerciales y de publicidad. “En diferentes días, horas y contextos, gracias a la geolocalización y la aplicación de algoritmos de IA, la apli recupera datos de lo que estás haciendo cuando sientes cierta emoción, cómo reaccionas a los contextos de otros, dónde estás en cada momento del día, información valiosa que puede servir para enviar publicidad dirigida a las personas”, destaca.
Experimento autoetnográfico
Para llevar a cabo este estudio, los autores adoptaron una metodología autoetnográfica. De enero a julio del 2023, Rovira se creó un perfil en BeReal e interaccionó con la plataforma. Durante el día, iba recogiendo en forma de notas en una libreta todo aquello que experimentaba relacionado con la aplicación. Este “cuaderno de campo” ha sido la base para diseccionar su diseño y funcionamiento. En un futuro, los autores se plantean continuar el experimento con una cohorte de voluntarios de ambos sexos y diferentes edades “para detectar matices de generación”.
Artículo de referencia:
Rovira Martorell, Joan; Tirado, Francisco y Gálvez, Ana. Attention wars, psychopower and platform environments: An autoethnographic study on BeReal. Emotion, Space and Society. 2024. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.emospa.2024.101026.
Este proyecto favorece el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: 3, salud y bienestar.