Bitácora de futuro: Minicuentos: Es justo, entre otros

Bayardo Quinto Núñez

Pensamiento

“Qué sabes de la vida, del bien y el mal? Entonces, no seamos obstáculos del buen desarrollo. Si queremos a la Patria, Cultura, Sociedad, hay que apoyarla”

Minicuentos

Hay que aprender

La vida le conversaba a la misma vida con su monólogo así: Por fin, el tiempo enseña, hay que aprender a guardar silencio, aunque se tenga mucho que expresar y de ello aprender.

Es justo

Al principio. Se avecinaba una llovizna feroz, los jóvenes Roberto y Jacinta se paseaban por el parque central de la ciudad, entonces, un señor le expresó a Roberto: “¡Que maravilla va con vos, permítame darle un beso, después tú toma tu desquite!”. Los jóvenes se quedaron ensimismados y sin aire para gesticular palabra alguna. Mientras Jacinta se puso de muchos colores. El tiempo ipso facto disuadió el instante.

Aprendemos más de lo común

José le comentaba a Humberto: Ignora, a quienes hablan detrás de ti, simplemente significa que estás a cienes…,  pasos delante de ellos. Empero, quiérelos, de ellos aprendemos mas de lo común…!!!

La anarquía  de tus arterias

Opinaba las arterias: Las turbulencias del alma es ir aprendiendo, esta jamás envejece y aunque puede velar en las noches la anarquía de tus arterias, y puedes perder tu dinero debido a diferentes causa e incluso, puedes tener una visión del mundo que te rodea, o saber quizás en tu dignidad. En tales condiciones, sólo  nos queda ignorar.

¿A qué hora estará la comida?

Le argüía Roberta a su amante: Yo te hablo, explico de cultura en especial de relatos, pohesía, y vos me exteriorizas ¿a qué hora estará la comida?  yo también tengo mucha hambre, pero de Cultura de las Artes. Anda. ve y cocina vos.

De rabia se asustan

El Señor Tiempo me ha hecho comprender que, la alegría, felicidad, es el arma más poderosa contra el odio, y que una sonrisa es más útil, más feroz que una puñalada, un balazo y que los gestos de rabia se asustan y se corren como cobardes, le comentaba don Bernardo a su hija Felipa.  Continuaron dialogando, pero jamás se supo que era, solamente se logró comprender, pero no entender.

Se asustó

El rayo calló y donde me vio se asustó.

Ambiente real

Al caer la tarde, Doña Bemilda y doña Rosa, se encontraban degustando una taza de café con galletas en el cafetín ¡TERCIOPELO! hacía un calor sofocante.

-Existen momentos,  que, le ocurre a mis pensamientos, se ponen ansiosos, inquietos y delirante, entonces, decido ir a la mar, este los estrangula, y con sus inmensos sonidos emitidos en notas musicales: redonda, blanca, negra, corcheas, semi corcheas, fusa y semi fusa, decide enviarlos lejos con sus hermosos sonidos, ritmos, tiempos para purificar lo que en mí está desorientado y confundiendo-le comentaba Bemilda a Rosa-.

-Interesante, manera de olvidarse de esos malos impases-recalcó Rosa-.

-La verdad, de verdades, es que, en este ambiente real, que nos rodea, es imposible detener que la mente dilucide tal o cual asunto-concluyó Bemilda-.

La ambición buena

Hace muchos años, o no sé  qué, aunque para ciertos o muchos parezca ambicioso. La fama, es irrelevante y no debe  preocupar. Lo que se debería buscar  es paz, y más paz,  el gusto de saborear el  pensamiento y sobre todo la buena amistad. Y aunque parezca demasiado ambicioso, primero respetarse, y después respetar. Le expresaba Renato a Octavio.

Nada más eso

La mentira, una u otra ves, se proliferaba,  buscó la verdad, sólo la verdad, nada más eso. Un vacío dentro de ella encontró. Mirando  hacia abajo sin decir nada. había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, señalárselo, y se deprimió mucho que salió corriendo.

Y le regresó su bien

¿Disputa ridícula? No es creíble, la señora realidad así respondió: No escribas más, y no tornes a mi lado, siendo un tenue y fino amante de la mañana, y le regresó su bien, su palabra, y libre de la presencia.

Va por el camino

LA VICTORIA, le comentaba, A LA DERROTA: El ser es como una planta, que nace y se desarrolla en cualquier lugar, pero en la orilla de un río da frutos en su momento, jamás se muere, ni sus hojas se marchitan, mucho menos su raíz. Con la maldad no sucede lo mismo, aunque ese árbol sea sembrado a la orilla  de las aguas más puras. En todo caso, pasa a ser como una hoja disecada por el tiempo, y que los vientos y los tiempos la entierran en lo mas profundo de la vida. En la “comunidad de los justos” jamás tendrán cabida.

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Biodatos de Bayardo Quinto Núñez, Escritor. Pintor, Músico, Artesano del Calzado, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Profesor de Educación Física en Instructor Deportivo de  Baloncesto.  Nicaragüense

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