Reo sobrevive a inyección letal y da su últimas palabras al morir con método experimental

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Las autoridades de Alabama, Estados Unidos (USA), llevaron a cabo la ejecución de Kenneth Eugene Smith, condenado por asesinato en los años ochenta, mediante un método experimental de asfixia con nitrógeno.

El deceso se confirmó a las 20:25, hora local, marcando el final de más de 30 años de espera por los crímenes cometidos por Smith, que tuvo uno de sus puntos más importantes cuando sobrevivió a la inyección letal porque no le encontraron la vena.

Durante la ejecución, testigos presenciaron “de dos a cuatro minutos de convulsiones” y “cinco minutos de respiración fuerte”, mientras Smith expresaba sus últimas palabras: “Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Los quiero a todos”.

El procedimiento de asfixia con nitrógeno se llevó a cabo tras colocar a Smith una máscara hermética, quien antes de su muerte expresó un emotivo “Te amo” dirigido a su esposa.

Sin consenso

La oficina de la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, afirmó que el método fue “eficaz y humano”, desafiando críticas de activistas y medios. Mientras tanto, la defensa argumentó dudas sobre el proceso, a pesar de que Smith eligió la hipoxia después del fracaso anterior con la inyección letal.

Por su parte, la jueza liberal Sonia Sotomayor expresó su disidencia, advirtiendo que Alabama estaba utilizando a Smith como “conejillo de indias” para probar un método nunca antes ensayado.
Esta opinión fue respaldada por las magistradas progresistas Ketanji Brown Jackson y Elena Kagan.

Un crimen aterrador

En 1989, Kenneth Eugene Smith se vio envuelto en un episodio criminal, siendo declarado culpable por su participación en el asesinato por encargo de Elizabeth Sennett.

La víctima sufrió un destino cruel al ser acuchillada y golpeada con el atizador de una chimenea, todo ello a cambio de la promesa de mil dólares para Smith y su cómplice, John Parker. Un plan gestado por el esposo de la víctima, un pastor adúltero.

El pastor, también implicado en el crimen, intentó encubrir la trama simulando un allanamiento violento en la residencia familiar. Sin embargo, acorralado y temiendo ser descubierto, optó por el suicidio antes de enfrentar cargos.

John Parker, otro cómplice, fue ejecutado con inyección letal en junio de 2010, mientras que el tercer implicado, Billy Gray Williams, condenado a cadena perpetua, encontró su fin en la cárcel en 2020.

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