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Hay un crecimiento continuo de incendios en Boca do Acre, en la Amazonía brasileña. El área quemada pasó de 66% en 2012, año de aprobación del nuevo Código Forestal, a 88% en 2019, revela una investigación del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden) en alianza con instituciones nacionales e internacionales, publicada esta semana en la revista Fire.
El estudio analizó datos satelitales de las áreas quemadas entre 2003 y 2019, en una nueva frontera de deforestación, en el suroeste de Amazonas. Al cruzar los datos, los científicos sopesaron información sobre el clima, la cobertura del suelo, las propiedades rurales y las áreas protegidas.
De acuerdo con una de las autoras del estudio, Liana Anderson, el objetivo era proporcionar una evaluación integral de la extensión espacial y los patrones de áreas quemadas, analizando qué, dónde y cuánto han cambiado, para comprender el proceso del fuego en la región investigada. En el período estudiado, el área anual afectada por incendios osciló alrededor de 33 km² y alcanzó un pico de 681 km² en 2019.
“El objetivo del proyecto es evaluar las proyecciones de la relación entre tala selectiva e incendios forestales para los años 2030, 2050, con fines de entender la interconexión entre estos procesos y los posibles escenarios para esta región, buscando pensar caminos para que los datos científicos puedan subsidiar la planificación territorial, políticas públicas que permitan el mantenimiento de los servicios forestales, la conservación y el desarrollo sostenible de esta región”, dijo Liana.
Según ella, este primer enfoque se dio en el suroeste de Amazonas y buscó diagnosticar tanto el tema de las quemas y los incendios forestales, como su relación con variables climáticas, como la temperatura y las precipitaciones, además de evaluar la comprensión de cómo se dan estos procesos en los diferentes tipos de ordenamiento territorial (propiedades rurales y áreas protegidas – unidades de conservación y territorios indígenas).
Liana señaló que el primer resultado interesante es que hay una alta ocurrencia de áreas pequeñas que se queman principalmente en áreas de bosque y agricultura y pastos. “En este caso, sabemos del uso del fuego con el propósito de manejar estas áreas, pero, muchas veces, el fuego se escapa a las áreas forestales, lo que resulta en incendios forestales. La extensión de estas áreas quemadas se duplicó o triplicó en tamaño entre los años 2004/2005, 2009/2010, 2015/2016. Son años en los que la región se vio afectada por sequías extremas, lo que provocó una mayor vulnerabilidad de los bosques a los incendios forestales”, explicó.
Sin embargo, destacó la investigadora, no solo los bosques se ven afectados por las sequías extremas. “Ese patrón, durante los años en que hubo sequía en la Amazonía, influyó en las áreas productivas de agricultura y pastoreo. Además de los impactos en los servicios ecosistémicos de los bosques afectados por el fuego, también hubo pérdidas para productores rurales.”
Tierras indígenas
“También observamos que el fuego ocurre más en las áreas cercanas a las tierras indígenas Apurinã y Boca do Acre, pero este fuego ocurre dentro de las propiedades rurales, lo que nos lleva a concluir que la presencia de tales propiedades en la frontera con las tierras protegidas termina influyendo en la proceso de deforestación y siendo el propio fuego un vector de entrada del fuego. Así, la presencia de las propiedades en esta región aledaña a las áreas protegidas influye en el proceso de deforestación, y el fuego es un vector de amenaza para estas áreas”, dijo Liana.
La investigadora observó también la existencia de un gran número de propiedades rurales registradas en áreas consideradas aún no designadas o bosques públicos. Para ella, lo preocupante es que hay un aumento del área quemada entre 2003 y 2019 en estos lugares. Esto significa que se están degradando áreas públicas y que aún no han sido reguladas para un propósito específico.
“La información que se debe extraer es que existe la urgencia de evaluar y regular estas áreas, con el objetivo de garantizar la seguridad jurídica sobre el tipo de actividades que se pueden realizar allí y para proteger un bien que es de todos los brasileños, en caso el fin sea la conservación, la preservación total de este bosque”, afirmó
Finalmente, según la investigadora, la perspectiva para los próximos años es de un aumento significativo de los incendios en la región debido al aumento de la deforestación y del proceso de apropiación indebida de tierras en estas áreas.
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