Staff/Rossi
Para poder crecer y desarrollar sus negocios, los emprendedores deben cambiarse el chip y alejarse de prácticas e ideas que obstaculizan el cumplimiento de sus metas.
Un fracaso no tiene por qué significar el fin de un sueño. Según cifras de la ASEM, el 68% de los emprendedores han tenido una empresa que ha fracasado.
Hace algunos años el actor Anthony Quinn aparecía en un famoso comercial de Brandy en el que afirmaba, con toda seguridad, “si las cosas que valen la pena fueran fáciles… cualquiera las haría”. Esta frase sintetiza, en buena parte, el espíritu emprendedor.
Emprender es una labor titánica y cuyo camino está lleno de obstáculos, pero también de satisfacciones. Esta actividad requiere esfuerzo, dedicación, perseverancia y constancia. Para lograr el éxito de una empresa es fundamental deshacerse de malos hábitos e ideas que impiden el cumplimiento de sus objetivos.
“Un fracaso no tiene por qué significar el fin de un sueño. Es necesario que los emprendedores se deshagan de ciertas prácticas e ideas que inhiben su capacidad para sobrevivir, conectar con sus clientes e incrementar sus ventas. Para poder crecer e impulsar sus negocios, los emprendedores tienen que preguntarse para qué son buenos, qué les apasiona, qué problema pueden resolver y cómo lo van a hacer”, señala José Sevilla, director de innovación de Happpy.
De acuerdo con cifras de la Radiografía del Emprendimiento 2020, elaborado por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), los motivos principales del fracaso son: falta de conocimiento del mercado, mala administración del negocio, problemas con socios, falta de capital de trabajo, problemas para conseguir financiamiento y falta de clientes.
En el contexto del Día Mundial del Emprendimiento, que se conmemora el 16 de abril, Happpy comparte estas 5 ideas que los emprendedores deben dejar de creer:
1.- El fracaso no es el final del camino. “Puedo aceptar el fracaso, pero no puedo aceptar no intentarlo. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito”, dijo alguna vez Michael Jordan, el basquetbolista más laureado de toda la historia. El fracaso es inherente al emprendimiento. Según cifras de la ASEM, el 68% de los emprendedores han tenido al menos una empresa que ha fracasado.
Pero el fracaso no tiene que ser el final del camino, sino que puede significar el nacimiento de algo nuevo y mejor. Del fracaso se aprende más que de las cosas que salen bien a la primera.
2.- No se trata de ti, sino del cliente. “Una de las ideas más nocivas para el desarrollo de un negocio es pensar que tienes que hablar de ti, que tienes que venderte, decir lo fregón que eres y hasta cuánto facturas. El error es creer que se trata de ti y no de lo que puedes hacer por un cliente”, afirma Sevilla.
Para poder crecer y desarrollarse es fundamental que los empresarios hablen de sus clientes y de cómo su solución les puede beneficiar.
3.- Si no crees en ti mismo, nadie lo va a hacer. Aunque suene como un libro de autoayuda, si el emprendedor tiene el ‘síndrome del impostor’ le va a resultar muy complicado cerrar ventas. “Mientras tú no te la creas, no vas a poder vender. Hasta que tú no creas en la oferta de valor que estás brindando a tu audiencia, nadie más lo va a hacer”.
“Recuerda que tú eres tu mejor apuesta. Si necesitas capital para un emprendimiento y no consigues quien invierta en tu idea, piensa en los bienes que tienes y cómo los puedes utilizar para hacer realidad esa idea”, asegura el director de innovación de Happpy.
4.- Contar con un buen producto no basta. ¿Cuentas con un gran producto o servicio, pero este no se está vendiendo? Este es uno de los errores más comunes que cometen los emprendedores: una oferta en sí misma, por más buena que sea, no basta. Es necesario que aprendan a comunicar lo que pueden hacer por sus clientes de manera eficiente.
Para conectar con la audiencia es necesario que, en primera instancia, sepan quiénes son, qué les pueden ofrecer y, sobre todo, cómo pueden conectar con ella.
5.- Nunca se deja de aprender. En esta actividad nunca se deja de aprender. Así se tenga cinco o 20 años de experiencia emprendiendo, siempre hay algo nuevo por conocer. Para que un negocio permanezca y continúe su crecimiento es fundamental que los emprendedores sigan apostando por sí mismos, por su actualización, su especialización e innovación.