Debate
Por Roberto Desachy Severino
A la hora de que usted me haga el favor de leer esta columna, seguramente se habrá definido si en la Cámara federal de Diputados fue aprobada o no la reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador y alentada ferozmente por dos de sus pupilos poblanos: Manuel Bartlett Díaz e Ignacio Mier Velazco, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y coordinador de Morena en la Cámara Baja, respectivamente.
Aunque al momento de escribir estas líneas (2 de la tarde, domingo 17 de abril 2022) sigue sin definirse si la iniciativa presidencial fue o no avalada a través de los cambios constitucionales que requiere, todo apunta a que PRI, PAN, PRD y hasta Movimiento Ciudadano no cederán ante Morena y sus aliados, pese a la polarización y enfrentamiento político e ideológico que – fiel a su costumbre- promovió el propio AMLO en pro de su reforma eléctrica: “Les debería dar vergüenza”: AMLO arremetió contra Walmart y Bimbo por ampararse contra su reforma de Ley Eléctrica
Proreformistas (AMLO, gobierno federal, Morena, 4T y demás) y antireformistas (PAN, PRI, PRD, MC, empresarios, etc) se han dado con todo a favor y contra la iniciativa presidencial, pero hay un punto en que todos coinciden: La urgente y eterna necesidad de recursos frescos de la CFE, convertida, al parecer, en un pozo sin fondo en las finanzas del país.
De acuerdo a los datos más recientes (2020) de la Auditoría Superior de la Federación, ASF, la comisión arrastra ingentes endeudamientos interno y externo reconocidos en sus propios estados financieros: El universo de deuda pública interna por 143,688,482.1 miles de pesos y externa por 218,469,225.2 miles de pesos, se integró por la deuda a corto y largo plazos reportada en los Estados Financieros Dictaminados no consolidados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al 31 de diciembre de 2020.
SOBRESUELDOS Y PRESTACIONES MILLONARIAS
Uno de los pesados lastres que ahoga a la CFE es su sindicato, el Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Suterm), que se ha convertido en un ente enorme, obeso y temible que ha logrado sobresueldos y prestaciones injustificables en detrimento no solamente de la propia institución, sino –sobre todo- de las finanzas nacionales.
Por ejemplo, de acuerdo al Contrato Colectivo de Trabajo, los sindicalizados, empleados de confianza y temporales de la CFE tiene un sobresueldo de casi el 31 por ciento por “Ayuda para Transporte”, lo que quiere decir que les pagan una tercera parte adicional a sus salarios solamente por acudir a cumplir con su jornada laboral.
Además, la salud administrativa de la comisión se ve severamente mermada por otro concepto sindical “Gratificaciones por Años de Servicios”, que les da casi 12 meses de salario a quienes lleven 45 o más. Se trata de una prestación que se otorga a cada empleado desde que cumple 15 años en la institución, que se ve obligada a darle mes y medio más de sueldo.
Y si se toma en cuenta que, según los propios datos de la CFE, tiene más de 93 mil 184 trabajadores en todo el país y, de ellos, 71 mil son afiliados al Suterm, es factible entender por qué el gobierno federal, Manuel Bartlett Díaz y la 4T necesitan una millonada de recursos para mantener los privilegios de su planta burocrática: CFE, Pemex y los millones de pesos sin aclarar en el marco de la reforma eléctrica pretendida por la 4T
REPRESENTACIÓN LABORAL…O COBRAR POR RESPIRAR
Otro sinsentido que sangra a la dependencia, al país y a los mismos ciudadanos –en nuestros recibos de luz – es que tenemos que pagar las instalaciones sindicales. De acuerdo al contrato colectivo de trabajo vigente firmado en 2018 firmado por el entonces director Jaime Francisco Hernández Martínez y el secretario del Suterm, Víctor Fuentes del Villar, CFE está obligada a ceder y dar mantenimiento a las oficinas sindicales.
Incluso, en caso de que la CFE no facilite oficinas para el Suterm, tendrá que darle dinero como apoyo de renta. Además, está forzada a “Por acuerdo de las Partes, la Comisión apoyará la proyección y en su caso construcción de centros sociales y vacacionales o su adquisición, para uso y disfrute de los trabajadores.
Asimismo, la Comisión concederá préstamos al SUTERM y a sus Secciones para la adquisición, construcción, remodelación, ampliación o reparación de instalaciones sindicales y liberación de gravámenes hipotecarios constituidos sobre ellas”.
El excesivamente consentido Suterm recibe en enero de cada año 15 millones de pesos de la empresa como Fondo Común de Préstamos para los trabajadores. Se supone que el sindicato debe devolverlos el 15 de diciembre y que, si no lo hace, la misma comisión tiene que descontar el dinero a los empleados favorecidos con los recursos; sin embargo, no obliga a la organización gremial a hacerse responsable de que los recursos regresen a la CFE.
SALARIOS SUPERIORES A LOS DEL MISMO AMLO
No es culpa de AMLO ni la 4T que los sindicalizados, eventuales y personal de confianza cobre por respirar en la CFE, ya que quienes aceptaron dar prebendas descomunales y poco lógicas al Suterm fueron gobiernos federales priístas y panistas. No obstante, darle recursos frescos y multimillonario a la comisión –en detrimento de la inversión privada- puede no ser suficiente a largo plazo.
Porque la cláusula 75 del contrato colectivo de trabajo otorga otro sobresueldo a los trabajadores sindicalizados, de confianza y eventuales de la comisión, que como “ayuda” de despensa reciben el 32.1 por ciento sobre su salario diario tabulado, incluyendo a los jubilados. Así que, aparte de sus sueldos tabulados, toda la planta laboral de la CFE obtiene más del 60 por ciento de recursos como ayuda para transporte (artículo 78), despensa (75).
Inclusive, por cada uno de los 71 mil trabajadores sindicalizados, la CFE debe darle al Suterm la cantidad de 354 pesos como Fomento al Deporte (cláusula 71), aunque el propio contrato colectivo de trabajo no obliga al sindicato a rendir cuentas a sus miembros y mucho menos a la empresa de los más de 25 millones 134 mil pesos que anualmente obtiene por este laxo concepto.
Aparte de la permanente y millonaria sangría que el sindicato representa, la empresa carga con su propia burocracia dorada encabezada por su director, Manuel Bartlett Díaz, que –según la página especializada Energía Hoy- gana más que el propio Andrés Manuel López Obrador: Manuel Bartlett, ¿el Emilio Lozoya de Andrés Manuel López Obrador?
Así, mientras AMLO tiene un salario mensual de 111 mil 934 pesos, el titular de la CFE se embolsa 135 mil 488 y otros siete personajes reciben 134 mil 392 pesos, incluyendo a Rubén Jiménez Vázquez (abogado de la empresa), Carlos Morales Mar (director corporativo), Edmundo Sánchez Aguilar (Finanzas): Los trabajadores de CFE que ganan más que AMLO
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