Héctor A. Gil Müller
Tantas posibilidades paralizan, los expertos afirman la realidad de la parálisis por análisis, no terminamos el proceso de comprender todas las posibilidades mientras la vida se pasa. Hoy por hoy, la gran ola de comunicación nos presenta infinitas posibilidades que se hilan ante nosotros. Que si OMICRON es más contagiosa pero menos agresiva, pero si existe la posibilidad de agravarse e incluso de morir, Que si funciona la vacuna, pero con la posibilidad de que no funcione. Los síntomas son leves, pero también pueden ser graves. Las medidas sanitarias funcionan, pero no están evitando los contagios. Que si hay crisis económica, pero que no es crisis. Mientras tanto la vida se va en trabajar 6 días para ir al mercado el séptimo. Un hartazgo de posibilidades que se extienden en el infinito.
Es un mar de posibilidades que termina por hartar. La infodemia infoxica y no podemos cerrarnos ni apartarnos, sería como navegar sin ruta pretendiendo que solamente por nuestro querer exista el poder. Ante las posibilidades no existe la contemplación, sino la elección. Parece que la hemos entregada a la suerte o peor aún al destino y no a la intención y entonces su realización. No podemos durar mucho entre posibilidades. La mar harta.
Queremos que la vida sea lineal, tan exacta como nuestras ambiciones pretenden y que a cada acción corresponda una reacción, pero en la misma medida que nuestros sentidos de inmediato alcanzan a percibir. Pero la vida es un lienzo multicolor, que exige de nosotros más que flexibilidad adaptabilidad. Mientras tanto seguimos en un mar de posibilidades que exige decisiones.
Se cuenta que Harry Truman, el expresidente americano, llegó a pedir que le trajeran un economista con una sola mano. Cuando le preguntaron el porqué de tan insólita petición, afirmó que estaba harto que cada economista le dijera la propuesta pero siempre le terminara diciendo: …pero por la otra mano…(en inglés es la forma para decir “por otro lado”).
Durante esta semana se hizo público el contagio de COVID19 al presidente Andrés Manuel López Obrador. Al día siguiente envió un video en el cual mostraba la levedad de sus síntomas y llamaba a la tranquilidad ante una oleada de contagios imparable que azota al mundo entero. El Presidente dio una frase de cierre de su intervención que me pareció muy interesante; “tenemos a un creador, a la ciencia y a las ganas de vivir para salir adelante.”
¿A qué asirnos cuando el mar de posibilidades es tan tormentoso?, Por más firme, lleno o abastecido que se encuentre el barco, el movimiento lo da el exterior, tantas posibilidades que golpean proa como olas inmensas. Amenazan con romper, marean negando la rigidez. No estamos hechos para tal oleaje, ¿o si?. Tres caminos aprendí, la creencia, la ciencia y la esencia. Mantener el propósito, creer en la consecuencia y aprovechar el conocimiento parecen presentarse como buena brújula ante ese hartazgo. Saber el puerto al que vamos, hacer el viaje intencionalmente y aprovechar las herramientas que se tienen. Vaya aventura, pero vale bien, porque en la mar moverse afirma la posibilidad de navegar.