Hipólito Contreras
Mundo Rural
En los primeros días de enero de 2022 se dieron a conocer a nivel nacional cifras preocupantes respecto al crecimiento del COVID 19 tanto en infectados como en muertos, se puede decir que esta fue la cuarta ola. Lo preocupante es que ahora abarco a niños y a jóvenes, lo que quiere decir que la enfermedad no cede, ya que son los niños el sector mas vulnerable, lo mismo que ancianos son a los que hay que poner atención.
Lo preocupante es que en este casi tercer año de pandemia y tras constante intervención gubernamental en la lucha contra el COVID, se aproxima imponente y gigantesca ola de una nueva y peligrosa variante, la llamada ómicron, que actualmente ya ha arrasado parte de Europa, principalmente Francia, en donde se han dado casos extremos con mas de 50,000 infectados diariamente, atrincherando al país y a sus habitantes en un nuevo confinamiento que volverá a postergar las visitas extranjeras.
No hemos escapado de esta tan larga pandemia, lejos parecen los días cuando no existía, incluso muchos ya no recordamos lo que es vivir sin cubrebocas o sin especial atención a la higiene de manos, a la desinfección, tanto que es muy común sentir desconcierto cuando vemos a una persona sin cubrebocas, es como desenmascarar a una persona misteriosa. Incluso recuerdo cuando vi por primera vez la cara de mi “nueva jefa” inesperada mi reacción pues ella, con un carácter fuerte, no vi venir tan angelical rostro, curiosa experiencia, aunque me ha pasado, no sorpresivamente, muchas veces a lo largo de estos años, como cuando le vi la cara por primera vez a un amigo, descubriendo una abundante barba que, según él, no había podido tener la libertad de usar una antes de poder usar mascarilla.
Antiguos parecen los días en el zócalo de Puebla ver a la gente despreocupada, riendo, hablando, y los niños jugando, lejos se ve, la nueva normalidad ya no es nueva. Si tan solo imaginamos que dentro de 5 o 6 meses, mas lejos se vera la antigua normalidad, la olvidaremos de hecho, muy normal será que usar cubrebocas es casi tan importante como recordar usar zapatos.
Con el gran incremento de casos de COVID-19 y la tendencia creciente de hospitalizaciones y muertes por la enfermedad, este invierno está comenzando a parecerse mucho al pasado. Pero es importante tener presente que “no estamos en la misma situación en la que estábamos el último invierno”, dice Rachael Piltch-Loeb, académica en el ámbito de estrategias de preparación e investigadora adjunta en la Facultad de Salud Pública T. H. Chan de Harvard.
Hay más de 205 millones de personas completamente vacunadas contra la COVID-19 en Estados Unidos y quienes contraen la enfermedad tienen más acceso a tratamientos que pueden atenuar los efectos del virus. “Estamos en mejor situación en términos de lo que sabemos sobre el virus, en general… y estamos comprendiendo mejor lo que podemos hacer para evitar la propagación y proteger a las personas”, agrega Piltch-Loeb.
Incluso cuando la variante ómicron amenaza con desbaratar algunos de estos adelantos, los expertos anticipan que los avances continuarán en el 2022.
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