Debate
Por Roberto Desachy Severino
Mes y medio después de que fallecieran sus protectores, los ex gobernadores Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo, a Genoveva Huerta le cayó el veinte de su vulnerabilidad al frente de la dirigencia estatal del PAN y trató de tender puentes con liderazgos del partido confrontados con el morenovallismo, como Eduardo Rivera Pérez o que ya no formaban parte del grupo cercano al ex mandatario, como Mario Riestra Piña.
En febrero del 2019 Genoveva Huerta ofreció al actual presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez; al diputado federal, Mario Riestra Piña y –también- al ex secretario de Salud, Jorge Aguilar Chedraui sendos puestos en la Comisión Permanente del PAN, que es el máximo órgano directivo.
Sin embargo; nunca les cumplió, no los incluyó y ella misma aumentó su aislamiento. Eduardo, Mario y Jorge Aguilar tuvieron acercamientos y fortalecieron el (TUCOG); es decir, el grupo Todos Unidos contra Genoveva, que se mantuvo más o menos sólido hasta que Rivera Pérez y Aguilar Chedraui se pelearon por un asunto de “machos alfa”, según versiones confiables en el blanquiazul.
Por cierto, Genoveva Huerta le ofreció a Mario Riestra nombrarlo coordinador de los legisladores federales panistas si rompía con Eduardo Rivera, pero él no aceptó y ella terminó por nombrar a Humberto Aguilar Coronado…que, por cierto, tampoco la apoyó, sino que en la contienda interna se fue con Eduardo Rivera-Marcos Castro-Valentina: Humberto Aguilar Coronado cuestiona los resultados del PAN-Puebla en la elección pasada
MARCOS CASTRO, JESÚS ZALDÍVAR, RODRIGO RIESTRA, LOS “MAPACHES” AZULES QUE OPERARON PARA AUGUSTA VALENTINA
El grupo de Genoveva Huerta sabía que perdería en Puebla capital y San Andrés Cholula, porque era claro que los alcaldes, Eduardo Rivera y Mundo Tlatehui, querían cobrarle las afrentas recibidas en la pasada contienda interna por las candidaturas. Pensaban revertir esas derrotas en el interior del estado, pero nunca calcularon que Marcos Castro, Rodrigo Riestra y el propio Jesús Zaldívar se destaparan como buenos “mapaches” electorales del blanquiazul.
Los dos primeros entre la militancia de la periferia y el tercero en la Angelópolis y zona conurbada se dedicaron a convencer a los panistas de la necesidad de quitarle a los genovistas el control del partido. Y cuentan que ni siquiera les costó demasiado trabajo, porque la militancia estaba cansada de su presidenta estatal: Planilla de Eduardo Rivera es plural e incluyente: Zaldívar Benavides
Como sucede tradicionalmente en estos casos, otro factor que enterró al genovismo fue el cúmulo de traiciones sufridas, ya que al finalizar la campaña le dieron la espalda varios de los que habían estado con ella cobrando en el Comité Directivo Estatal, como Rocío Aguilar, Mercedes Aguilar, Jesús Morales, además de ex aliados como Sergio Moreno Valle.
Otro que tampoco apoyó a Genoveva fue el ex alcalde y ex gobernador de Puebla, Tony Gali Fayad, cuyo allegado, el ex regidor Jacobo Ordaz, se convirtió en un activista más de la dupla Augusta-Marcos Castro. Dicen que el genovismo, como en muchos otros casos, no les cumplió, porque –supuestamente- Gali Fayad planteó la posibilidad de ser diputado plurinominal y lo único que le ofrecieron fue contender por algún distrito.
¿QUÉ HARÁ MARKO CORTÉS CON GENOVEVA?
Genoveva y su corriente interna aspiraban a arrasar en municipios del interior de Puebla y, con ello, revertir las desventajas en Puebla capital y San Andrés Cholula. Pero no contaban con perder en San Pedro Cholula, donde la edila Paola Angón deberá reforzar sus relaciones con la militancia de la ciudad y, tampoco, previeron que el ex edil de Atlixco, Guillermo Velázquez, no es más que un “cadáver político andante”.
Genoveva no arrasó en el interior de la entidad y, de hecho, apenas ganó en algunos municipios de cierta importancia poblacional o panista, como Tecamachalco, Teziutlán, Izúcar, Cuautlancingo y no mucho más.
Hoy, Marko Cortés y el CEN del PAN definirán qué hacer en el caso de Puebla, qué sucederá con su aliada y diputada federal.
Genoveva Huerta ya tiene poco qué perder y, si se decide a judicializar la contienda interna y exhibe las pruebas que dice tener de que se habrían usado recursos públicos –presumiblemente de los ayuntamientos de Puebla y San Andrés Cholula- a favor de Augusta Valentina, no solamente afectaría a la dupla ganadora y a dichos alcaldes, sino también al partido.
La pregunta es ¿qué puede ofrecerle Marko Cortés a Genoveva para hacerla desistir de recurrir al TEPJF y que acepte los resultados del domingo pasado? o ¿cómo puede obligarla a que renuncie a su derecho legal de judicializar la contienda interna panista, cuando ya tiene poco o nada qué perder?: Video desde Puebla: Ediles electos de Puebla y San Andrés Cholula apoyan a Augusta Valentina para la dirigencia estatal del PAN
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